Mostapha Ait Oukdim hace suyo el dicho de que "los de Bilbao nacemos donde queremos". Él eligió una aldea del Atlas marroquí, pero desde hace doce años vive en la capital vizcaina. Concretamente, en Atxuri, con lo cual se siente muy bilbaino. "He echado raíces", dice. No hace falta que lo jure. Está casado con "una mujer euskaldun" y tiene una hija de año y medio "que dentro de poco irá a la ikastola". Además, Mostapha es un hombre emprendedor y comprometido. El año pasado abrió una carnicería en la calle San Francisco, que se está convirtiendo en el mayor centro de distribución en Bizkaia del pollo halal, sacrificado mediante el rito islámico. Y cuando le dejan tiempo libre los negocios, ejerce de traductor en los juzgados, ya que domina cinco idiomas, y también ayuda a los jóvenes que llegan desorientados del Magreb.
Mostapha se crió cerca de las impresionantes cascadas de Ouzoud en una familia numerosa de siete hermanos. Allí, en plena naturaleza, conoció precisamente a quienes le marcarían el destino sin quererlo. "Hice amistad con una pareja de Algorta", cuenta, "que me invitaron a visitar Euskadi". Por aquel entonces Mostapha estaba a punto de cumplir 27 años y tenía unas "ganas enormes de emigrar, de salir de Marruecos y conocer mundo". Para ello se había preparado. Estudió una carrera universitaria, graduándose en Ingeniería Técnica, gracias a su tesón y a los esfuerzos económicos de su padre, policía municipal. Así que hizo la maleta, se trasladó en barco a Canarias y desde allí cogió un avión a Bilbao. "Me sentí muy querido desde el principio, la gente fue muy hospitalaria conmigo", recuerda. Tanto es así que "al de pocos días de llegar ya tenía cuadrilla". Su carácter y la facilidad para aprender idiomas hizo el resto. "No me costó mucho aprender castellano", reconoce. "En pocos meses ya me entendía bien". La casualidad hizo que Mostapha se quedara en Bizkaia. "Mi idea era seguir de viaje hacia Francia o Bélgica, donde tenía familiares trabajando", relata, "pero el padre del chico de Algorta que había conocido en Marruecos, que trabajaba en la construcción, me dijo que necesitaba una persona para ayudarle". Y Mostapha no se lo pensó dos veces. Se puso a trabajar en la construcción "con la intención de estar unos meses para hacer algo de dinero y proseguir el viaje a Europa... y ya llevo aquí doce años".
Estudios En todos estos años, Mostapha ha hecho de todo menos perder el tiempo. "Lo primero que hice fue intentar homologar los estudios, algo que me costó bastante", dice. Posteriormente llegó a matricularse en la Escuela de Ingenieros de Bilbao porque mientras estaba trabajando en una obra frente al edificio universitario de San Mamés "me daba envidia ver a los estudiantes y yo allí, en la acera, con el martillo neumático". No llegó a completar los estudios de Ingeniería en Bilbao, pero durante ese tiempo se dio cuenta de que "había carencia en materia de educadores y mediadores sociales". Eso le animó a hacer un curso de posgrado en la UPV de especialista en migraciones. Aquel título le abrió las puertas para poder trabajar en la asociación Lagun Artean y, de esa forma, abandonar la construcción. Durante cinco años se dedicó a la mediación y educación de jóvenes provenientes de Marruecos. Y, como todo está relacionado, de la mediación se lanzó con su amigo Jatabi al mundo de la traducción e interpretación. Desde el año 2003 trabaja como traductor para una empresa que fundamentalmente presta sus servicios en los juzgados. El espíritu negociante, "que siempre he tenido", confiesa Mostapha, le salió a relucir hace un año. "Me di cuenta de que no había productos de calidad en las tiendas que suministraban a los magrebíes", explica. De ahí que presentara en el Ayuntamiento de Bilbao, en Lan Ekintza, un proyecto que se ha hecho realidad: la carnicería Halal Label.
Carnicería En el número 45 de la calle San Francisco montó una tienda que ahora vende de todo: carne, fruta, lácteos, pan... y hasta "productos del mundo". ¿Qué es eso?, le preguntamos. "Son cosas que la gente, cuando viaja por ahí, luego quiere encontrar aquí, como especias, tés o cuscús", contesta. Pero en lo que se ha especializado es en las carnes, sobre todo en el pollo halal. "El pollo halal es el que se sacrifica mediante el rito islámico", dice. Un rito que consiste en darle muerte desangrándolo. Según él, "es muy bueno y está teniendo mucho éxito, no sólo entre los clientes marroquíes sino también entre la gente de aquí, de Bilbao". Mostapha se ha convertido de esta forma en el mayor distribuidor de pollos halal en Bizkaia. "En este momento lo estamos vendiendo a unas veinte carnicerías", señala. Los pollos, cuya carne "es algo más seca, pero con un gran sabor", se sacrifican en un matadero de Tudela. Desde allí llegan para acabar en el 70% de las "carnicerías islámicas".
La carnicería Halal Label es también uno de los mejores observatorios de Bilbao La Vieja, que mide la temperatura del barrio. "Cada vez está mejor", dice, "porque el Ayuntamiento y las instituciones están empeñadas en acabar con la mala imagen de esta zona". Por eso, Mostapha propone a los bilbainos "que se atrevan y crucen la ría". En la carnicería también ha notado la crisis, aunque él reconoce que no se puede quejar. "Ahora viene menos gente porque saben que aquí las cosas están mal". A él le van bien porque es un hombre "inquieto y trabajador". Ahora espera que llegue el verano para pasar las vacaciones en las cascadas de Ouzoud, donde viven sus padres y donde nació, aunque él sea de Bilbao.