La Historia olvidó su nombre al jibarizarlo, al empequeñecerlo al tamaño de un puñado de células, las células HeLa, dicho sea para ganar en precisión científica. Pero ella se llamaba Henrietta Lacks, conviene recordarlo. Fue una mujer de vida azarosa que murió un 4 de octubre de 1951 de cáncer, el mismo tumor del que el doctor George Otto Gey extrajo células sin el consentimiento, de aquella mujer afroamericana donante involuntaria. Para asombro de la comunidad científica aquellas células humanas podían desarrollarse en un laboratorio y eran inmortales, es decir, no morían después de algunas divisiones celulares. Se abrían puertas al campo para la investigación médica y biológica.

Sesenta años después, las células de Lacks han inspirado más de 60.000 publicaciones científicas en todo el mundo. Se han usado para investigaciones sobre el cáncer, el sida, los efectos de la radiación y las sustancias tóxicas; para el mapeo genético y un número incontable de fines científicos o cuestiones tan variadas como la sensibilidad humana a cinta adhesiva, el pegamento, los cosméticos y muchos otros productos. Aún no saben el por qué de su resistencia...

Sin estar presente, Henrietta fue el nombre de la tarde. Lo recordó Sandra Ibarra, la mujer que da nombre a una Fundación y que, en colaboración con la Red Temática de Investigación Cooperativa contra el Cáncer, la Fundación de la Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca y el Banco de ADN, han traído hasta Zubiarte la muestra Mujeres al natural a favor de la lucha contra el cáncer. En ella, 47 mujeres de renombre social (Carmen Alborch, Ainhoa Arteta, Ángeles Caso, Blanca Portillo, Arantxa Sánchez Vicario, Montserrat Caballé, Martina Klein o Rosario Flores entre otras...) han sido fotografiadas por el fotógrafo Luis Malibrán para dejar testimonio gráfico y escrito -una frase acompaña las imágenes colosales, de 2,10 x 1,50 metros...- de sus vivencias.

La exposición ha llegado a Bilbao gracias, entre otros, a los esfuerzos y desvelos de Fernando Bejar, ayer presente en la inauguración de la muestra. Junto a él estuvieron presentes Blanca Uriarte, Anaida Flores, Joaquina Joaquín, Marga Cristóbal, Julia Diéguez, presidenta de Deusto Bizirik; Jon Ruigómez, director del Museo Marítimo de Bilbao; el fotógrafo de moda, Lucho Rengifo, Patricia González, Ana Ruiz, Beatriz Fernández, Olga Zulueta, en nombre de Bilbao Centro; Luis Hermosa, Ignacio Agirre, Endika Batarrita, Juan Ramón López o Eduardo Chapa entre otros. No fueron los únicos presentes. Entre las fotografías de estudio dignas de los viajes de Gulliver se encontraban, además, hombres y mujeres que han convivido de cerca con el cáncer, desde Mónica Sierra a Ángel Fernández, pasando por María Jesús González, Luchy Calvo, Carmen Martínez o María Jesús Amaya entre otros, todos ellos entregados a la buena causa de una batalla sin tregua. Para todos ellos, sanos o enfermos -para todos nosotros, en realidad...- la larga vida de Henrietta no cesa. Venga un brindis a su salud, aunque sea en probeta.