Síguenos en redes sociales:

"La leche fresca es un lujo al alcance de todos"

Bilbao. El despertador de Félix suena todos los días a las 5 de la mañana. Media hora después, ya está atendiendo a las más de 200 vacas que posee en su explotación de Karrantza. Las ordeña dos veces al día, por la mañana y por la tarde; esa misma noche, un camión cisterna se encarga de recoger la leche y llevarla a la planta de Kaiku, en el mismo valle. Solo así se garantiza que la leche fresca que comercializan, con el sello de calidad Eusko Label, llegue con todas sus propiedades y calidad a los estantes de los supermercados y tiendas.

¿Cuántos ganaderos son en Karrantza?

Dentro de la cooperativa de Kaiku, unas 25 explotaciones, de las 70 que estamos en Bizkaia. En total, hay 200 familias viviendo directamente de esas explotaciones, que son de diferente tamaño.

¡Un valle de leche!

Si me apura, quizá el 80% de la producción de leche de Bizkaia está en Karrantza.

Dicen que la leche de verdad es un lujo olvidado...

No estoy de acuerdo. La gente puede tener leche fresca y de gran calidad cada día en su casa comprándola en el supermercado. Un día probé la leche de Gurea, por curiosidad, y si no la llego a echar yo mismo de la botella, hubiera pensado que estaba bebiendo nuestra leche del caserío. No noté la diferencia. Por lo tanto, la leche fresca es un lujo que está al alcance de todos.

¿Leche leche?

Nuestra leche fresca se recoge cada día y en menos de seis horas ya está en la planta para su elaboración; nuestra explotación está a tres kilómetros y la más lejana, a menos de 10. La recogida se hace de noche y, como la fábrica trabaja las 24 horas, en cuanto llega se descarga. Y la leche va separada; cada ganadero tiene su depósito. La gente sabe de dónde viene la leche que está comprando.

¿Cómo se controla su calidad?

Trabajamos con el Instituto Lactológico de Lekunberri y se le somete a muchísimos análisis: cuando sale de la explotación, antes de descargar el camión en la fábrica... Los parámetros que nos exigen son más altos que para una leche normal; menos bacterias, menos células somáticas -relacionadas con su nivel sanitario- y más porcentaje de proteínas. Y luego están los controles que hacen desde Kalitatea.

Y tan cerca...

Es casi un oro blanco. Nuestro esfuerzo nos cuesta conseguirlo, pero es cierto que en el mercado es una leche diferente. Es un producto de mayor calidad que mantiene todas sus propiedades; otras duran tres meses pero las van perdiendo.

Pero son más baratas y, tal y como están las cosas, hay que mirar el bolsillo.

Si le digo la verdad, no sé ni lo que cuestan esas leches, nunca las he comprado. En cualquier caso, ese poco más que pagas está más que justificado, solo por la calidad y por saber de dónde viene esa leche: producida y envasada aquí.

¿Cuántas vacas tiene?

Ahora estamos en ordeño con 140 vacas, aunque en total habrá 280, entre recría, vacas que no se ordeñan, terneras...

¿Y qué pasa con los precios tan bajos que se pagan a los ganaderos?

Nosotros ahí tenemos la suerte de estar en una cooperativa como Kaiku, respaldada por una industria. Llevamos más de 50 años con este proyecto, que es el que nos está dando un poco de futuro. Entre la CAV y Nafarroa rondamos los 500 socios, con 190 millones de litros al año. Y sin discriminar a nadie; aunque seas una explotación pequeña, aunque esté en la punta de un monte, ahí va a estar Kaiku para recoger la leche. Nosotros, dentro de lo mal que está el sector en general, tenemos la recogida garantizada. Es la base de nuestro triunfo cooperativo.