Bilbao. La compañía eléctrica iniciará la próxima semana la colocación de su nombre en lo alto de la torre que contempla ufana Bilbao. En concreto se colocará la palabra Iberdrola junto a su logo por duplicado, en la fachada que mira al Museo Guggenheim y en la que se planta hacia el Palacio Euskalduna. Los dos distintivos, que evidentemente emitirán luz para que se vean por la noche, se ubicarán en la zona más cercana al vértice del edificio que mira a la calle Elcano.

Mucho se había especulado sobre cómo iba a estampar su firma Iberdrola en las limpias y acristaladas paredes del monolito diseñado por César Pelli. Unos pensaban que se iban a sobrepasar manchando en exceso la parte superior con letras demasiado grandes. Otros creían que iban a ser más minimalistas y solo colocaría el ecológico logo verde, azul y naranja que identifica a la eléctrica desde hace unos años comprometida con el medio ambiente.

Al final y tras varias opciones barajadas, los responsables del diseño y la arquitectura han consensuado una fórmula intermedia "con estilo", especifica Javier Urruchua, uno de los responsables de la construcción de edificio de oficinas.

Con anterioridad existía un compromiso con el Ayuntamiento de Bilbao para que la identificación de la futura sede de la compañía no desentonara con el entorno.

De hecho las letras no serán muy grandes y su visión desde la calle no afectará demasiado a la imagen limpia e impoluta que ya aporta el muro cristal que constituye las fachadas del bloque de base triangular.

Cada una de las letras que se colocarán la próxima semana tendrá una altura de 2,35 metros y todas serán iguales ya que el nombre se escribirá en mayúsculas. Un metro más de alto tendrá el logo compuesto por una hoja, una gota y una llama, insignias del negocio que cubre la empresa de raíces vascas. En todo caso el indicador en ningún caso supera en altura los cerca de cuatro metros que mide la planta 40 donde se ha decidido colocarlo, una por debajo de la limpia azotea que culmina el skyline bilbaino.

Desde hace unos días son visibles ya desde la calle los soportes donde van a ir colocados los luminosos, tanto en la fachada este como en la oeste. La maniobra de colocación se realizará utilizando la gran grúa que todavía sigue trabajando y la barquilla instalada en el borde de la azotea que servirá para limpiar los 22.000 metros cuadrados de vidrio que componen el perímetro del edificio en sus 165 metros de altura.

La maniobra de colocación del luminoso se va a complementar con la colocación de los vidrios que quedaron sin instalar en la fachada este. Son alrededor de una docena de paneles que no se pudieron instalar en su día debido a que el espacio estaba ocupado por los anclajes de una de las grúas que sirvió para levantar la estructura y que ya se retiró el pasado año. La colocación de estos paneles es una maniobra de riesgo ya que los especialistas tendrán que estar constantemente en la barquilla y maniobrando con la pieza colgada de la pluma de la grúa. Todo ello para encajar perfectamente cada pieza entre las cuatro que la delimitan. La operación se acometerá con todas las medidas de seguridad que hasta ahora han evitado accidente laboral alguno de importancia en la obra.