En 1838, cuando la ciencia era apenas una pálida sombra de los prodigios que hoy la sustentan, el médico inglés John Langdon Down ejercía de director del Asilo para Retrasados Mentales de Earlswood, en Surrey, donde realizó un exhaustivo estudio sobre muchos de sus pacientes. Con los datos extraídos de aquel trabajo de campo publicó en el London Hospital Reports un artículo titulado: Observaciones en un grupo étnico de retrasados mentales, donde describía, pormenorizadamente, las características físicas de un grupo de pacientes que presentaban numerosas similitudes. Hubo de pasar medio siglo más, hasta 1961 para que un grupo de científicos -entre los que se incluía un familiar del Dr. Down- propusiesen el cambio de denominación de la enfermedad (se les llamó mongólicos por su similitud facial con las razas nómadas del centro de Mongolia...) al actual Síndrome de Down.

Es probable que toda esta historia le sea ajena a la gente de la Fundación Síndrome de Down del País Vasco que ayer celebró su vigésimo aniversario con una subasta y cena benéfica celebrada en el Ozio Arizona. No por nada, en los últimos años se ha vivido un reprise sobre la aceptación social de las personas afectadas por esta anomalía genética. Ejercieron como anfitriones de la noche el presidente de la Fundación, Joseba Aguinaga, y Cristina Bernabé, en nombre de la psicodélica sala, ayer poblada de obsequios de diversas marcas que se subastaron con vigor. La velada contó con embajadoras de lujo: Arrate Ojanguren, Rosa Sola y Marian Sandoval y con la presencia de rostroso como el de Juan Ignacio Vidarte, Resu Casanova, de arriba abajo por la sala para que la maquinaria estuviese bien engrasada, Julian Iantzi, Carlos Iturriaga, Javier de Juana, Marisa Álvarez, Vicky Fernández, Mikel Markija, María Fernández, Daniel Loredo, Saioa Larrea, Vicente González, Benedicto Martínez, acompañado por su inseparabla Esperanza Rodríguez, Juan Marchante, Isabel Fica, Covadonga Ladrón de Guevara, Lorenzo Mendieta, Isabel Fica, Isabel Muela, José Luis Neyro, Jesús Llona Larrauri y Garbiñe Badiola, Blanca Marchante, Javier Zubiria, Arrate Vidarte, Vanesa Maroto, Dani García, Amaia Echevarría, Adelina Fernández, Mikel Aiestaran, Borja Elorza, Teresa Ahedo, Javier Bilbao, Yolanda Aberasturi, Javier Romero y un sinfín de invitados que pujaron por chaquetones de visón, robots de cocina, pulseras esculturas, centros de flores, botas y butacas de diseño; bufandas y vestidos de gasa, bolsos de alta escuela, cambios de look; broches, collares y colgantes; pinturas y esculturas e incluso una sesión de pilates. Todo ello, dispuesto sobre la elegante sala para -a la de una, a la de dos... ¡y a la de tres!- adjudicar esperanza.