La irrepetible Coco Chanel lo tuvo claro, antes incluso de que su legendario Nº 5 perfumase los sueños de Marylin y avivase los de miles de mujeres y hombres de medio mundo. La idea era sencilla: el perfume anuncia la llegada de una mujer y alegra su marcha. Quizás arrastrado por esa imagen, Modesto Lomba, el diseñador que ayer presentaba la fragancia Collage, una embriagadora combinación de aromas en la tienda If de la calle Ercilla, asegure que "el perfume es espíritu, la forma más sofisticada y abstracta de comunicación". Sangres de higuera y de jacinto, de jazmín y chocolate, de ámbar y almizcle, se entremezclan en una fragancia desarrollada por Asier Albizu y la gente de Urakas, la compañía que ha dado cuerpo a una idea, embotellada por el propio Modesto, diseñador del floreado envase.
En un ir venir ajetreado de la tienda a la calle -los comercios de puertas abiertas como saloons del Lejano Oeste ganan espacio en Bilbao...- se cruzaron Alfonso Izagirre, ideólogo de Lotaldi, un proyecto futurista de rabioso presente de compraventa de imágenes captada al vuelo por los transeúntes ; Susana Aguirre, Ángela Ortiz, Relaciones Públicas de Devota & Modesto, Belén Alonso, Miguel Sancibrián, Beatriz Ferreras, el enólogo Juanan Bilbao, Raquel Vega, Raquel Ruiz, la pequeña Leire Albizu, Amaia Hernández, Iñaki Garay, Anuska Maraña, Norberto Mugarza, Idoia Uria, Ruth Vega, Begoña Abasolo, Belén González, Marisol Gómez, Esteban Gutiérrez, Rafael Matías, Lorenzo Córdoba, Kotska Mandaluniz, Kizkitza Aurrekoetxea, Ana Vicario, Ainhoa Arcelay, Mikel Bengoetxea, y un buen número de asistentes. Todos ellos aprovecharon para regodearse en la ensoñación de un perfume de alta costura.
Al otro lado de la frontera -en Particular de Indautxu, quiero decir...- la sala multiusos de la Agrupación Comercial Bilbao Centro realizó un ejercicio de transformismo para convertirse en una pasarela parisién donde cantó el gallo loco. La historia se cuenta rápido. El inquieto Borja Elorza y el extravagante portugués Bruno Roque han unido sus fuerzas para crear el sello Gylo Louco, un guiño al viejo símbolo luso. En la sofisticada tienda de la calle Bertendona, vecina de patio del Teatro Campos, hoy venden ropa -fiesta o esport, para mujeres o para caballeros, tanto da...- y ceden sus muros para obras de arte o para la expresión de jóvenes diseñadores. Mañana quién sabe. "Hemos creado una marca que año tras año se llenará de contenidos", aseguraban ayer. En un desfile chiripitifláutico participaron la actriz Lola Markaida, Iñigo Yarza,Virginia García de Soto, Ibai Gómez, Gisele Martins, Juan del Hoyo, Leire Carrera, Mario Seoane, Oihana García y María Herraiz; todos ellos intérpretes de un mundo casi surrealista, invocado por dos osados que traen hasta Bilbao el corte audaz de la ropa británica del siglo XXI y una apuesta por moda italiana y portuguesa, con la representación en exclusiva de la firma de Antonio Alvarado.
Fueron testigos de este desmadre al atardecer el parlamentario Iñigo Iturrate, Mario J. García, Ion Marín, las hermanas Martha Lucía y Constanza González; Marian López, Silvia López, Luisa Molero, el fotógrafo Txema Maura, Nacho Carrasco, el diseñador Óscar del Hoyo, Esther Medrano, Marta Fernández, Mabel Unzueta, Miren Madariaga y una legión de alegres invitados que disfrutaron del estallido de color y formas propuestas. Fue como si el desfile, posterior a la presentación de la fragancia, entrase en sintonía con ésta. No en vano en ambos casos el juego era idéntico: jugar con las mezclas hasta dar con la belleza final.