Bilbao. El impacto que la sociedad vizcaina ejerce sobre su vasta geografía pone en riesgo el futuro de su progreso sostenible. No en vano, Bizkaia usa cuatro veces más territorio productivo del que dispone. La densidad de población y su actividad son, principalmente, los causantes de que esa huella ecológica sea ligeramente más elevada que en el conjunto de la CAV y se sitúe, comparativamente, en índices similares a los registrados en toda Francia.
De entre todos los factores que determinan ese encontronazo con el desarrollo armonioso y deseado, las continuadas emisiones a la atmósfera de partículas de dióxido de carbono son el principal elemento perturbador, especialmente las relacionadas con la importación de bienes de consumo. Otros agentes nocivos como la superficie ocupada también contribuyen a ese escenario sobre el que ya se trabaja para subsanarlo.
Esto significa, tal y como explicaron ayer expertos en biodiversidad, que es necesario dar un giro al actual modelo de desarrollo productivo, a los hábitos de consumo y, en definitiva, al estilo de vida, ya que "son insostenibles", describía Miren Onaindia, de la cátedra Unesco-Etxea sobre Desarrollo Sostenible y Educación Ambiental de la UPV/EHU. "Pero no nos asustemos. Es lógico si tenemos en cuenta la densidad de población y los usos y utilidades dados a la superficie", matizó Pilar Barraqueta, asesora ambiental. Y es que, al igual que en otras zonas industrializadas del planeta, la huella ecológica de Bizkaia supera a la capacidad del herrialde para generar recursos agrarios y marítimos renovables y, al tiempo, absorber los desechos originados en ese consumo. De ahí, ese déficit ecológico, esa dependencia de los bienes y de los capitales naturales de otro que, como consecuencia, ven disminuida su capacidad de crecimiento.
Para tratar de corregir esta desviación del modelo de sostenibilidad, la Diputación junto con varias entidades y agentes científicos trabaja ya desde hace un par de años en las líneas estratégicas para dibujar un escenario venidero más justo. "El objetivo es mejorar la gestión de nuestro capital natural, reduciendo los impactos negativos sobre los ecosistemas", indicó el diputado general, José Luis Bilbao.