portugalete. El futuro parque urbano de Azeta, una ladera de más de 40.000 m2 situada entre la carretera que une Bilbao y Santurtzi y el paseo de La Benedicta, a orillas del Nervión, comenzó ayer a tomar forma con la colocación de la primera piedra de la transformación de esta lengua de tierra en un pulmón verde para la villa.

Un acto simbólico que marca la defunción del proyecto urbanístico que en los estertores del franquismo pretendía desarrollar 800 viviendas en torres de 12 altura en los terrenos que procuran una de las vistas más preciadas del municipio sobre la ría, el Puente Colgante y el Abra vizcaino.

Claro que los promotores de aquella "monstruosidad", como ayer la definió el alcalde de Portugalete, Mikel Torres, no contaron con el factor vecinal, cuyo empuje contra la desaparición de ese pulmón acabó contando con la aquiescencia del primer gobierno municipal democrático que modificó el PGOU y declaró caducada la licencia de construcción.

lucha vecinal Una lucha vecinal que ayer recordaba la ex concejala portugaluja del PCE en 1979, Lola López de Arkaute, una de las impulsoras del movimiento vecinal opuesto a la edificación quien reseñó que hoy, como ayer, "la participación ciudadana siempre es rentable ya que mejora y agiliza los proyectos".

"Portugalete recupera este espacio tan querido, trabajado y soñado para disfrutar y mirar a la ría", acertó a señalar esta vecina que tuvo un caluroso reconocimiento para el fallecido arquitecto Andoni Larrauri, "que fue el primero que nos informó sobre lo que aquí querían hacer", rememoró.

En su intervención, López de Arkaute, tuvo también palabras de agradecimiento para el entonces joven letrado, Juan Luis Ibarra, hoy presidente del Tribunal de Justicia del País vasco, que llevó los asuntos legales de la asociación vecinal contraria al proyecto. "No queríamos un sky line como en Manhattan, queríamos conservar lo que nos dice esta naturaleza, la historia que tiene grabada", resaltó el magistrado.

15 millones de euros La obra iniciada ayer, con ser una importante conquista vecinal, aún no ha quedado resuelta definitivamente pues, tal como recordó el alcalde jarrillero, aún quedan pendientes varios de los juicios en los que se ha visto envuelta la finca. Las modificaciones en el planeamiento han devuelto la titularidad al Ayuntamiento pero aún existe un recurso sobre el valor de los terrenos, por los que el consistorio ya ha pagado 15 millones de euros. "Hemos ganado cuatro de los juicios y los tres que están pendientes, uno por la titularidad de una parte de los terrenos, y otros dos por la expropiación, esperamos también ganarlos. No vamos a aflojar", reseñó Torres quien valoró que esta obra, "que presenta una gran complejidad", es muy anhelada por la ciudadanía.

Las obras de la primera fase emprendida ayer en Azeta, con un plazo de ejecución de seis meses, se iniciaron en la zona limítrofe con Sestao y permitirán habilitar 11.770 m2 que conformarán "una gran zona verde, un gran parque natural con grandes zonas de césped y pradera, y un gran arbolado con especies autóctonas de la zona", explicó el primer edil.

Esta primera fase desarrollará dos zonas: la superior, paralela a la calle Sotera de La Mier por donde se accederá al parque a través de una senda peatonal que recorrerá todo el parque, y la inferior proyectada como zona de descanso y paseo. "Esta zona acogerá los juegos infantiles, un rocódromo y otras actividades lúdicas", explicó Torres quién añadió que toda la primera fase estará rematada con mobiliario urbano y "una gran iluminación que realce la belleza del parque". Esta etapa se completa con una plataforma de paso sobre las vías del tren que conectará el parque con el paseo de la Canilla y que combinará el uso peatonal con el bidegorri que la Diputación tiene proyectado por el túnel de AHV en Sestao. Concluida esta fase, se prevé que comience la regeneración de otros 15.000 m2 de la segunda fase que incluye otra plataforma de paso y un ascensor que una la parte baja del parque y Azeta.