Getxo

Siguiendo el ejemplo de un grupo de personas surgido en Gipuzkoa, en Getxo se pretende sacar del túnel del tiempo la olvidada lucha con makila de los vascos, popularizada en los siglos XVIII y XIX. "Era una forma de defensa del pueblo llano, algo que se ha perdido y que queremos recuperar porque es cultura, algo nuestro y tradicional", explica Karlos Galán, responsable de la cita que tendrá lugar hoy en las instalaciones de Getxo Kirolak, en Fadura, en la que los vecinos que acudan podrán participar en el curso.

Muchos getxotarras están con la "mosca detrás de la oreja" después de conocer que Fadura acogerá hoy, hasta las 14.30 horas, un curso-exhibición sobre una tradición de nuestros antepasados que les suena a ciencia ficción, a una escena de la Guerra de las Galaxias sin demasiados medios económicos. Karlos Galán, presidente de Uribe Kostako Txalaparta Ekimenetarako Sustapen Taldeko (KTEST), es el impulsor de este encuentro, en el que "la gente se va a sorprender y va a poder participar, no únicamente mirar", explica.

El objetivo de este encuentro es "poner la primera piedra en Bizkaia" de un grupo cuyo objetivo es la recuperación de la ancestral lucha con makila. "Yo tampoco tenía ni idea al respecto hasta que me enteré de que un grupo de Oiartzun está metido en ello. Cuatro de ellos estarán hoy en Getxo", explica el getxotarra, que reconoce que "me sorprendió muchísimo su existencia".

¿Cultura o arte marcial? Galán tira por la calle de en medio. "Yo diría que tiene un poco de las dos cosas. Lo evidente es que es una actividad que puede desaparecer y que, en su día, era una forma de defensa de la gente humilde. El palo, la makila, era la espada del pobre en los poblados de Euskal Herria", indica. "Sería una pena que se perdiera algo tan tradicional que estuvo muy extendido en todos los herrialdes vascos durante los siglos XVIII y XIX. Donde no se han encontrado documentos de su práctica ha sido en Araba", apostilla.

Aunque su práctica se ha perdido, esta lucha con makila se puede realizar con palos de dos pesos, de 900 y 1.200 gramos, y está abierta a cualquier persona, según anima este el vecino de Getxo. "La makila solía ser de manzano u olivo, y cualquiera puede practicar esta lucha. Solo se necesita tener una buena motricidad. En cuanto a la fuerza, es más importante en la cintura debido a los movimientos y giros que hay que hacer, que en los brazos", explica Galán, que confía en que salga un grupo en la localidad para practicarlo.

El origen de esta lucha está envuelta en una nebulosa. Se habla de su práctica en Gipuzkoa, Nafarroa e Iparralde, además de algún punto en Bizkaia, en la zona de Markina-Xemein. En algunos documentos aparece la makila con la parte inferior emplomada y un disimulado aguijón en la empuñadura, por lo que se puede deducir que no era solo un accesorio de paseo, sino que servía para luchar, incluso en la primera Guerra Carlista. Las leyendas hablan de que Napoleón tenía entre sus ejércitos un contingente de makilkaris y de lo que no hay duda es de que en Sicilia existe un deporte similar y que sus habitantes reconocen que lo "importaron" de Euskal Herria.