Etxebarri. El cambio en la gerencia del café-teatro de la calle Presagana, en Etxebarri, ha permitido alcanzar un acuerdo que pondrá fin a un conflicto que enfrenta al establecimiento con los vecinos de la zona desde hace más de dos años.
Según recoge el convenio suscrito por el Ayuntamiento y los nuevos gestores del bar, el café-teatro no podrá volver a abrir sus puertas hasta las 5.00 horas, como ocurría hasta la fecha. Ahora, y de forma voluntaria, el local deberá amoldarse a los horarios establecidos para los pubs, es decir, deberá bajar la persiana a las 3.00 horas, hora tope establecida para los días festivos de la temporada de invierno. En verano, podrá mantenerse abierto treinta minutos más.
A cambio de esta concesión, los responsables del bar podrán aprovechar el tirón de servir desayunos a dos minutos de la parada del metro abriendo el local a las 6.00 horas los días laborables. Asimismo, podrá instalar un servicio de terraza bajo los soportales del bloque de viviendas donde se ubica.
Estas nuevas medidas entrarán en vigor a partir de enero y esperan solucionar un conflicto que viene de lejos. No en vano, comenzó a fraguarse a principios de 2008 cuando los vecinos de la zona se enteraron de que un particular había solicitado licencia al Ayuntamiento para abrir en su calle un café-teatro.
Antes de su apertura, en julio de 2009, los vecinos ya se habían enfrentado en numerosas ocasiones a los dueños del local así como a los responsables municipales, a quienes culpaban de conceder la licencia necesaria para su apertura, que según ellos debería de haber sido negada.
"Si cumple con la normativa vigente y no les damos el permiso estaríamos cometiendo prevaricación", explicaba entonces el alcalde, Pedro Lobato, que aseguraba que nunca se había visto en semejante conflicto. Lo único que podía hacer el Ayuntamiento entonces, según el primer edil, era controlar que el café-teatro cumpliera los horarios de cierre y no sobrepasara el ruido permitido.
Con la inauguración del bar el conflicto se avivó. Así, a pesar de que el Ayuntamiento consiguió que el café-teatro sólo abriera hasta las 5.00 horas doce noches determinadas del año, los vecinos no pararon de quejarse, no sólo por el ruido, sino por la proliferación de peleas y conflictos a altas horas de la madrugada. Según contaban, la zona, hasta el momento tranquila, se llenaba de gente con unas copas de más y que incluso, también consumía drogas en plena calle.
Con el nuevo acuerdo conseguido entre ambas partes, "se puede alcanzar la convivencia pacifica entre los intereses comerciales de los hosteleros y el derecho al descanso de los vecinos", expresa contento, Pedro Lobato, alcalde de la localidad, . "Y si es así", continúa, "estos vecinos se convertirán en los nuevos clientes del local".