LA necesidad de compartir el acervo cultural y transmitirlo gobierna la estrategia de Orozkoko Museoa-Museo de Orozko, que vela por humanizar y dinamizar la cultura del valle. Por conseguirlo, DEIA y Hemendik le van a adjudicar el premio Turismo Saria en la próxima gala de entrega de galardones de la comarca Nerbioi-Ibaizabal, que se celebrará este próximo jueves en el Hotel Balneario La Aduana de Orduña a partir de las ocho de la tarde.La adaptación a los tiempos modernos del equipamiento cultural del Valle de Orozko en un tiempo récord ha sido cuantificada por el gran número de visitas efectuadas a este centro de la cultura en cualquiera de sus manifestaciones. "Nuestro reto es ampliar el horario de apertura del Museo y extenderlo a toda la semana", indica la concejala de Cultura del Ayuntamiento de la localidad, Esti Gastaka.
La edil resalta el respaldo del conjunto de la población a la iniciativa artística, que ya cumple la función de oficina de turismo y de dinamización cultural. "Organizamos actividades dirigidas a personas de todas las edades, haciendo especial hincapié en nuestros mayores y los niños, y la respuesta siempre es muy positiva", añade Gastaka.
A la exposición permanente que muestra los recursos de la localidad y del Parque Natural de Gorbeia, el museo ha añadido este servicio turístico, que se ocupa de proporcionar todo tipo de información, así como de organizar salidas por la zona.
Ubicado en la Casa Palacio Legorburu, del siglo XVIII, el Museo de Orozko, en su dimensión puramente artística, aborda tres grandes temas: el patrimonio histórico del valle de Orozko; la vida tradicional en el valle, y la de los pobladores de las tierras altas del Gorbeia. Para tratar estas temáticas, el centro artístico promueve la participación del visitante proporcionándole la posibilidad de ordeñar una oveja latxa o encendiendo una bombilla con una manivela al igual que lo hace la energía del agua. Además, muestra el trabajo en una ferrería, en un molino o en las carboneras, así como presenta la osamenta de uno de los osos que recorrían el parque. También cuenta con maniquíes con las vestimentas típicas.
Pero por muy atractiva que resulte la exposición permanente, a sus responsables no les parece suficiente para satisfacer las ansias de conocer de los vecinos de Orozko y de las localidades limítrofes. Por ello, se esmeran por programar un abanico de exposiciones de calidad que cubran todo el muestrario de gustos e inclinaciones artísticas. Hasta la fecha, la pinacoteca ha alojado obras de pintores locales como Román Izazkarai, quien exhibió 22 obras que responden al estilo eminentemente paisajístico.
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Amplio abanico artístico
Amigo del paisajista Juan Ferrer Carbonell, Izazkarai pintó con él doce años, durante la temporada primaveral u otoñal, siempre mediante estudio del natural. Según Juan Prada, "Román Izazkarai es caserío y monte, valle y agua, verde y pantano, sin más límite que su constancia por recrear paisajes que piden a toques de belleza la ilusión eterna de ser cuadros". Su pintura es clásica y enormemente limpia. También mostró su obra en el Museo de Orozko el pintor Eloy Calero, especializado en retratos humanos y paisajes.
El arte también lleva nombre de mujer. La pintora catalana Isabel Fargues exhibió en él una exposición de diez óleos que abordaban temas de la cultura y tradiciones vascas; como lo hizo la exposición Mujeres de Orozko en el tiempo, otra de las obras con sello femenino que quedaron expuestas en el museo. Se trataba de una recopilación de fotos antiguas de mujeres de Orozko en diferentes trabajos.
Otros 25 cuadros realizados por los diez alumnos del taller de pintura de Orozko con diferentes temáticas, tuvieron también su hueco en la sala de exposiciones de la villa cubriendo de esta manera el capítulo dedicado a la expresión escolar. Y, el apartado de la solidaridad ha estado más que alimentado gracias a exposiciones como la fotográfica del Mongol rally, que reunió instantáneas de los 15.000 kilómetros solidarios realizados por los hermanos Oiarzabal al unir su Orduña natal con Mongolia.
El Museo de Orozko ha organizado asimismo actos menos vinculados a una instalación de sus características, pero que han encajado a la perfección. Así, sus responsables han montado alguna que otra cata comentada de txakoli con la misión de acercar el mundo vinícola al gran público.Entre las próximas actividades previstas desde este centro cultural, hay programada una ruta por el interior de Itxina, morada de muchas de las más sugerentes leyendas. El paraje de Itxina, Gorbeia, es uno de los lugares montañosos más espectaculares y misteriosos de Euskadi, pero también es el más complicado y difícil a causa de su morfología. Sus rincones y cuevas han sido, a través de los siglos, la ubicación de sucesos y leyendas populares. La excursión desde el museo enfilará el nombrado paso de Atxulo para desgranar y analizar las numerosas leyendas de Supelegor y otros escondrijos de este lugar.