EL arquitecto Luis María Uriarte sigue acaparando premios. El Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro le otorgó un galardón por la escuela infantil de Galdakao de la que es autor, reconociendo así la singularidad del proyecto. Y ahora está a punto de recibir el Berrikuntza Saria que DEIA y Hemendik le entregarán el próximo jueves 4 de noviembre en la III gala que se celebrará en el Hotel Balneario La Aduana de Orduña a partir de las ocho de la tarde en un acto emotivo.

Al arquitecto laudiotarra se le conoce por su carácter independiente, curioso y vanguardista, cualidades que se advierten en el conjunto de las obras que ha llevado a cabo a lo largo del transcurso de sus tres décadas de ejercicio profesional.

La clave de su éxito lleva una impronta natural, como el mismo Uriarte confiesa. "Al vivir en una localidad que no se encuentra en el centro de la actividad profesional, me incliné por explorar la vertiente del estudio y profundización en la propia profesión". Por lo tanto, según se infiere de las palabras de Uriarte, su trayectoria ha estado ligada preferentemente al mundo de los concursos de dotaciones públicas.

Es recomendable echar un rápido vistazo a su currículum, pues es brillante. Tiene una treintena de premios y menciones, entre los que se encuentran, en orden cronológico, el cosechado por su última obra, el nuevo edificio que alojará al espacio teatral y cultural Getxo Antzokia. También tiene en su haber el primer premio del concurso de viviendas sociales de Visesa, así como el primer premio logrado en la Bienal Vasco-Navarro por su obra Espacio Urbano en Laudio-Llodio, y los logrados por la reforma y ampliación del centro docente de Gandasegi de Galdakao y el de la ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre otros muchos.

Al preguntarle por lo que queda tras el primer impacto al conocer los reconocimientos atesorados, Uriarte se queda con el lado más afectivo. "Cuando recojo un premio, siempre me quedo con el gusto de rescatar más su lado emocional y afectivo, que el propiamente técnico o profesional", reconoce.

En este sentido, no deja de sorprender su actitud, dado que se mueve, como el mismo arquitecto apunta, "en un medio crecientemente estresado", que en él no hace mella, pues se singulariza por ser depositario de un gran grado de afabilidad, que no deja de sorprender.

Modo de proyectar

Singular y curioso

Su modo de proyectar también llama la atención por su singularidad. "No me planteo en modo alguno introducir de modo compulsivo modelos y novedades asociados a las llamadas "vanguardias"; sí se trataría, en cambio, a mi entender, del desarrollo íntegro que propicia el ejercicio de la curiosidad como elemento vital y motor del proceso". A Luis María Uriarte le inspira, asimismo, una filosofía que plantea la arquitectura de una manera vital, progresista: "Concibo una idea de la arquitectura menos trascendente y arquetípica que la legada por la ortodoxia". No extraña, por tanto, la evaluación e introducción de reflexiones externas, entre las que se encuentra la sensibilidad de los ciudadanos, receptores al fin y al cabo de sus proyectos.

Esta manera de operar resulta para Uriarte "muy rentable" y arroja "excelentes y sorprendentes resultados", postula el arquitecto de Laudio, para quien la obra más destacada es la ampliación de Museo de Bellas Artes de Bilbao. "Trabajar en este proyecto representó una experiencia sumamente enriquecedora y agradecida. Se trató de una intervención de rango quirúrgico por su extremada exigencia y precisión", indica.

Uriarte también se confiesa orgulloso de su última obra acabada, la ampliación de centro de Educación Infantil y Primaria de Galdakao. En este caso, su satisfacción viene dada por el destinatario de la obra, los niños. "Además, ha sido un ejercicio de máxima intensidad por la especial morfología del edificio", incide.

obras ambiciosas

Jugar con los elementos

El carácter inquieto del diseñador laudiotarra se plasma una vez más en un proyecto en curso, que está dando mucho de qué hablar. Se trata de la construcción del nuevo Getxo Antzokia, algo más que un edificio, a juicio de su autor.

"El proyecto introduce en una trama urbana singular un nuevo elemento de ambiciosas prestaciones culturales y de considerable escala. Representa la máxima ponderación en su ubicación y en su relación con los variados elementos preexistentes", explica su creador.

Y es que ha concebido un edificio fracturado en dos piezas "de distinta naturaleza: el auditorio se recuesta en la medianera ciega de Telefónica" enfocando las vistas del Abra, "mientras la musika eskola, de escala similar al entorno residencial próximo, configura el espacio público ofertado, sensiblemente mayor al original y establece un dialogo entre iguales con el medio", esgrime el arquitecto de Laudio Luis María Uriarte.