IGOR Antón se convirtió en la Vuelta Ciclista a España 2010 en un símbolo del deporte del siglo XXI sobre dos ruedas. La comunión entre el ciclista de Galdakao y su bicicleta fue tan natural que dio alas a la imaginación colectiva al albergar la esperanza de verle consumar la gran gesta de vestirse de líder. Sólo por eso, Antón merece el Kirol Saria que DEIA y Hemendik le entregarán en la III Gala Hemendik Sariak Nerbioi-Ibaizabal que tendrá lugar en Orduña el próximo día 4 de noviembre.
Una lesión frustró los sueños de Antón y los de sus seguidores, pero expandió la lucha por el podio entre sus competidores en la XVI edición de la citada competición. Sin embargo, en el currículum del deportista ya brilla con un merecimiento absoluto por su victoria en dos etapas de la prueba, además de otra liderada hace cuatro años, en 2006.
Sus triunfos dan carta de naturaleza a una proeza que, por la modestia con la que la llevó a cabo, queda ya como inolvidable en la memoria de todos. Pero Antón, atesora más éxitos: en 2007 quedó segundo en el Gran Premio Internacional de Paredes (Portugal); en 2008 logró el segundo puesto en la Euskal Bizikleta; y en 2010 alcanzó el cuarto en la Flecha Balona, por citar algunos de sus éxitos.
A fuerza de tesón y mucha sencillez, el deportistas vizcaino ha sabido emerger hacia la cumbre más alta. Convaleciente aún de las secuelas provocadas por la caída en la que se rompió el codo, mientras se sobrepone a toda velocidad, este galdakoztarra ha hecho gala una vez más de tener una personalidad que derriba muros y sube montañas. Por algo sobresale en los finales montañosos y destaca por ser un gran escalador.
"Ganar dos etapas de la Vuelta Ciclista a España y convertirme en líder durante cinco días representa un gran triunfo en mi carrera. Ha sido el colofón al mejor año de mi trayectoria deportiva. Ha supuesto la manifestación de una preparación llevada a cabo durante muchísimos años", explica el deportista que no presume de nada, sino todo lo contrario: por su actitud, parece que cualquiera podría emular su hazaña.
"Al final, vas cogiendo la medida a las pruebas. Es un camino muy largo, cuajado de muchos sacrificios, pero lo he saboreado", prosigue el ciclista vasco sin tener muy claro qué le proporcionó más adrenalina, si liderar o ganar. "Las dos cosas son muy intensas. El hecho de convertirte en líder de la vuelta se puede disfrutar durante más tiempo. Es una sensación que no se agota, que no se olvida nunca", explica sincero.
historial
A fuerza de luchar duro
"La primera etapa que gané en la vuelta tuvo lugar en Jaén. Fue un final muy explosivo y un descubrimiento personal porque me demostró que podía alcanzar metas más altas. De esa manera, sentí que podía romper un muro. El triunfo en la siguiente etapa redondeó el éxito y me sentí con fuerzas de encarar cualquier reto", relata.
El siguiente desafío a superar ha sido el hecho de verse obligado a abandonar la vuelta por una fatídica caída. "Tuve la misma sensación que hace dos años, cuando también tuve que abandonar la carrera. En este sentido, estoy curtido. He conseguido tomármelo con mucha calma. Sin embargo, es inevitable sentir impotencia, pero enseguida me sobrepuse. De hecho, la gente que me rodeaba, mis amigos, mi familia, estaban peor que yo, y esto fue algo que me desconcertó bastante, la verdad", comenta.
Hace unas semanas el Consistorio de Galdakao le rindió un homenaje merecido que Antón pudo saborear, al contrario de lo que le ocurrió en el pasado. "Me han hecho un homenaje en el Ayuntamiento que he podido disfrutar. En 2006, cuando gané la etapa reina de la Vuelta a España, también me homenajearon, pero no fue lo mismo porque apenas tuve tiempo para disfrutarlo, ya que me recibieron nada más llegar de la competición. En esta ocasión, sin embargo, me han avisado con tiempo, lo que me ha permitido calmarme, pisar tierra y disfrutar del triunfo con todos mis seres queridos", dice agradecido por el acto de admiración del pueblo.
De las muestras de cariño recibidas, sin duda alguna, la más valorada para Antón ha sido "la de mis seres queridos y amigos". No obstante, como ya es habitual, las nuevas formas de comunicación han jugado su papel. "También me ha llamado la atención que gente que no conozco me ha felicitado a través de internet, en Facebook. Sobre todo, me ha llamado la atención que muchos de ellos nos son aficionados, pero que me han seguido y me han felicitado".
"Creo que todo el mundo me pone demasiado bien, sobre todo los amigos. Estoy muy orgulloso del apoyo que estoy recibiendo en por todas partes en Galdakao, por mis amigos, por mi familia. A veces me parece que es demasiado", comenta con humildad este ciclista que ha lleva orgulloso el nombre de su pueblo por donde va.