Durango repara el pavimento adoquinado del casco histórico
Las calles Astarloa y Kurutziaga se cortarán al tráfico la próxima semana
Durango. Andra Mari es el primer tramo en el que han comenzado las obras de mejora en el pavimento del casco histórico durangarra, que se desarrollarán a lo largo de las próximas semanas. En esta zona se está procediendo a recolocar adoquines nuevos, tanto en Andra Mari como en las calles perpendiculares a esta, como son las de Barrenkale, Artekale, Kalebarria y Goienkale. Una vez colocado del nuevo adoquinado, cada una de las calles permanecerá cerrada tres o cuatro días para que el firme se afiance. Se estima que las obras en estas zonas se prolongarán durante aproximadamente diez semanas, de modo que para finales de año, esa zona peatonal del centro urbano ya lucirá su nuevo pavimento.
Pero los trabajos de Andra Mari y del resto de calles son sólo uno de los tres ejes sobre los que se actuará en las próximas semanas para restaurar aquellas zonas con el pavimento más castigado en el casco viejo. De este modo, este próximo lunes, día 25, comenzarán también los trabajos en la confluencia entre las calles Astarloa y Kuru-tziaga. En este caso, las obras consistirán en retirar el actual adoquinado, muy deteriorado debido al tránsito de tráfico rodado por esa zona, que se sustituirá por asfalto impreso. Se logrará, así, que la calle tenga la misma apariencia que hasta ahora, pero con un asfalto mucho más resistente a la circulación de vehículos.
Como consecuencia de los trabajos, desde el lunes hasta el próximo sábado, día 30, tanto la calle Astarloa como Kurutziaga permanecerán cerradas al tráfico. Durante esos días se desviará el paso de vehículos, de modo que quienes circulen por Montevideo no podrán girar a la izquierda en Astarloa, sino que tendrán que hacerlo en Txatxiena. Esta última será, precisamente, la calle que por la que se podrá acceder a Kurutziaga, para lo que se habilitará un giro a la derecha por Juan Mari Altuna.
La tercera de las actuaciones previstas es la mejora del adoquinado de Goienkale. Esta calle fue la primera peatonal del casco histórico y tiene un pavimento más rugoso que ha llegado, incluso, "a presentar algunos problemas de accesibilidad", señala la alcaldesa del municipio, Aitziber Irigoras.
Por consiguiente, se tratará de suavizar el perfil del actual asfalto, para lo que se empleará un tratamiento de fresado y posterior granallado del adoquín, que dará como resultado un firme más suave. La medida implicará el cierre de la calle por tramos y estas obras comenzarán una vez concluidas las anteriores.
El presupuesto de adjudicación de la obra asciende a 156.227 euros, de los que 113.176 provienen de una subvención de Merkagune y el resto de partidas del Ayuntamiento.
Estos trabajos se ejecutan después de que el Consistorio analizara hace meses el pavimento en el casco viejo. El estudio puso de manifiesto el mal estado en el que se encontraban algunas zonas del mismo, con adoquines rotos, sueltos y baches.
A raíz de ese informe surgió una preocupación entre los responsables municipales, que les llevó, en primer lugar, a marcar e identificar las zonas más castigadas para, posteriormente, comenzar a actuar por separado en cada una de las calles afectadas.