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El Cuponazo deja 12 millones en Orduña

Uno de los afortunados se embolsa 9 millones en el mayor premio que la ONCE reparte en Euskadi

orduña. Orduña rebosa alegría. El culpable de las sonrisas sinceras y la euforia de algunos de los vecinos es el premio que ha dejado elCuponazo de la ONCE. Doce millones de euros que hacen de este premio al más grande que ha entregado la ONCE en Euskadi. Ha estado muy repartido, pero un afortunado se ha llevado la friolera de nueve millones de euros. Además, otras 92 personas se han llevado premios de entre 150.000 y 35.000 euros. El ya mítico 97.641 se vendió en el puesto de la ONCE que hay en la ciudad y en tres bares: el Arresi, La Antigua y San Asensio. Los dos primeros estaban cerrados, era su día de fiesta, la diosa Fortuna les había elegido y tenían que celebrarlo.

Miguel Ángel Rey, ayer era la imagen de la felicidad. Se enteró de la buena noticia a primera hora de la mañana, miró como siempre el número del Cuponazo y no se lo podía creer. "Al ver que había tocado me he puesto nerviosísimo y he llamado a mi madre", comenta. Este hombre lleva un año y medio como vendedor de la ONCE, pero ya ha sentido la inmensa alegría de llevar la suerte a manos de mucha gente. "Esto es lo más grande que te puede pasar como vendedor", decía emocionado. Rey, como hace con todos los números que vende, se quedó con un boleto y también ha sido agraciado, pero su felicidad no es sólo por su premio. "Estoy muy feliz, sobre todo porque ha sido un premio muy repartido y ha llegado en un momento en el que la gente lo necesitaba especialmente". Y es que Orduña ha sufrido de forma especial los efectos de la crisis económica. Algunas de las fábricas del entorno han cerrado y el desempleo en la ciudad ha crecido bastante.

"La pena es que no le ha tocado a todo el mundo que lo necesitaba", es la espina que le queda clavada a este laudiotarra que se encuentra muy agradecido a Orduña. "Esta ciudad merece alegrías como ésta porque la gente es maravillosa".

Miguel Ángel, ayer hacía honor a su apellido, era el rey. Todo el mundo le saludaba, le felicitaba y le abrazaba, también se escapaba alguna mirada cómplice que decía: "Nos ha tocado".

Pero no fue Rey el único que repartió la suerte por Orduña. Exultante de alegría y todavía sin poder creerlo se encontraba Manoli Giménez, propietaria del bar San Asensio. Ella también se guardó un boleto y resultó agraciada. "Llevo 4 años vendiendo el cupón en el bar y nunca habíamos dado un premio grande". Giménez se enteró de la noticia por mediación de un cliente a primera hora de la mañana: " Me he enterado por un cliente, pensé que estaba bromeando cuando me lo ha dicho". Esta mujer coruñesa admite que la noche del viernes tuvo un presentimiento. "Ayer - por el viernes- mientras cenaba le dije a mi hijo que estaba predestinada a que me tocase la lotería". Jamás pensó que sería tan pronto. Manoli se siente doblemente premiada: "Estoy contentísima por los clientes, su alegría es un premio inmenso para mí". Dice el refranero que el dinero no da la felicidad, pero en Orduña va a ayudar a más de uno para olvidarse de una crisis económica que ha apretado fuerte en esta ciudad.