Estoy muy emocionada. Ha sido precioso. Es que no puedo...". Dorita Ruiz, la viuda de José Luis Iturrieta, no fue la única que ayer tuvo que respirar hondo para contener las lágrimas. También el hermano del añorado cronista, Santos Iturrieta, acabó enmudeciendo, atragantado por la tristeza de algún mal recuerdo. Con los sentimientos a flor de piel, como muchos de los invitados, ambos asistieron a la presentación en el Teatro Arriaga del libro Impreso en el corazón, en el que DEIA ha recopilado los mejores textos del periodista.
La pieza Martxa baten lehen notak, de Mikel Laboa, emanada de la alboka de Ibon Koteron, sirvió de preludio a un sentido homenaje. "Pensé que podría ser del gusto de José Luis y su hija me lo ha confirmado", comentó el músico. Los acordes dieron paso a la palabra e Itsaso Güemes, conductora del acto, recordó que "Iturrieta es para DEIA un referente de periodismo inquieto, razonado e inteligente". Tanto es así que de sus textos "se puede seguir aprendiendo incluso hoy".
Con ella coincidió María Jesús Gandariasbeitia, redactora jefe de este periódico durante veinte años y encargada de seleccionar los casi dos centenares de artículos que recoge la publicación. "José Luis tocó todos los géneros periodísticos y siempre mantuvo un estilo propio con un lenguaje chispeante, ingenioso y a la vez culto que los lectores reconocían. El mejor homenaje es volver a leerle para mantener así su recuerdo en la memoria".
Para mantener su recuerdo o para descubrirle, ya que, según apuntó el director de DEIA, Iñigo Camino, algunos lectores le disfrutarán por primera vez este domingo, día en el que se podrá adquirir el libro junto con el periódico. "Itu era un maestro de periodistas y sus artículos aguantan de maravilla el paso del tiempo. Os animo a devorar primero y degustar después estas páginas", invitó Camino, quien hizo entrega a Dori del primer ejemplar de "este precioso periódico-libro impreso desde y con el corazón".
cambiaba tomates por vino Conteniendo a duras penas el aluvión de emociones, Dori agradecía -más con la mirada y el gesto que con la palabra- las muestras de cariño hacia quien fuera su marido. También Santos Iturrieta se mostró "encantado" con el homenaje. "No me lo esperaba", confesó, antes de recordar lo bien que se llevaba con su hermano. "Como él no tenía huerta, venía a la mía y me solía decir: A ver, dame los seis o siete tomates mejores que tengas para el diputado o para no sé quién y él, a cambio, me regalaba una botella de vino. Era fabuloso".
Si los amigos y compañeros de Iturrieta le recordaron con la palabra, los cocineros lo hicieron gastronómicamente. Aitor Elizegi, quien confesó públicamente lo mucho que le echaba de menos, aportó su pan de salsa vizcaina y Mikel Bustinza un menú de pintxos, con pan de Izurza, a gusto del homenajeado: bonito con mahonesa, huevo con gamba, bacalao a la brasa con pimientos rojos, gildas... Su mujer, Jany, no se quedó atrás y preparó el pintxo Iturrieta, a base de hongos y foie de hígado recién matado. "Natural cien por cien, como le gustaba a él", precisó. Todo ello regado, entre otros caldos, con el nuevo vino que Remírez de Ganuza presentó en honor a su amigo.
En los corrillos, quienes han colaborado con el libro también dedicaron halagos al popular periodista. Isidro Elezgarai, de Caja Laboral, definió a Iturrieta como "una buena persona y un gran relator de la realidad de Euskadi", mientras que José Carlos Ramos, de El Corte Inglés, consideró que "su estilo permanecerá en el tiempo porque su calidad, capacidad de análisis e implicación en los temas y con las personas constituye la esencia del arte periodístico". El concejal de Amorebieta-Etxano, Andoni Agirrebeitia, sobrino político de Iturrieta, indicó, por su parte, que aprendió "muchísimas cosas de él".
Entre sus amigos no faltó la cocinera Teresa Barrenechea, quien viajó desde Nueva York para la ocasión. "A José Luis le habría encantado ver cómo todo el mundo estábamos con el corazón y con el alma con él", aseguró, encantada con el formato del libro porque "nos permite ver su columna, su artículo o la pieza que todos leímos en su momento exactamente igual". A su lado, el fruticultor José Etxebarria, se confesaba "emocionado". "José Luis era un hombre sabio, buen amigo y compañero, buen periodista y gastrónomo... Ya me gustaría encontrarme con otro amigo como él, pero creo que nunca lo encontraré".