El pesimista y descreído Gustave Flaubert consideraba que la solidaridad es una de las más bellas invenciones de la hipocresía social. No hay manera de saberlo. El insondable corazón de los hombres no obedece a reglas fijas ni a los dictados de la razón. Quiere decirse que lo mismo aparece quien ejerce la donación con soberbia de limosnante y quien entiende, desde la humildad, que es un acto de justicia ayudar a los caídos; quien titubean al ayudar por miedo a que su aportación desaparezca en la niebla de los gobiernos corruptos y quienes se desplazan con fe ciega hacia las zonas más desfavorecidas.
¿Y qué importan los porqués? Allá donde siempre hace frío y la necesidad cruza las cuatro estaciones del año no se andan con contemplaciones: cogen todo lo que hay. Es por ello que ha de aplaudirse la iniciativa emprendida por la Fundación Vicente Ferrer. Su presidenta en el País Vasco, Irune Pascual, junto al infatigable Manuel Orozco, organizaron ayer una nueva iniciativa emprendida en el café Lepanto. Desde allí se emprende ahora el pedaleo hacia el porvenir. Les cuento...
En el rincón del cuadrilátero de la vida perra, con calzón azul, Manuel Corazón de oro, trabajador del restaurante Lepanto, en la plaza Pedro Eguillor de Bilbao, con su mujer, Celia García, como alentadora. La pareja descubrió, hace ya unos años, la obra de Vicente Ferrer en las regiones del sur de la India. Aquello era un infierno en la tierra y Vicente lo convertía en cielo. También obró en ellos la conversión. Desde entonces se estruja el magín para recaudar fondos. Ayer, sin ir más lejos, presentó su nueva idea: Bilbao-Anantapur Biraldia. La idea es sencilla. Un mural imantado representa piezas de bicicleta. Cada una de ellas cuesta 15 euros y con tres se construye una completa. Clientes y pasajeros ocasionales tienen la oportunidad de hacerse con una o varias piezas hasta llegar a las 508 bicicletas previstas, justo el censo de niñas de Anantapur que inician este año Secundaria. Quieren ofrecerles un medio de transporte seguro y, a la vez, generar trabajo, puesto que los belocípedos se construirán en la India. Un corazón de 508 pulsaciones, vamos... Fueron testigos de la puesta de largo Sasi Kutty, uno de los primeros niños apadrinados en la India, Xabier Jon Davalillo, Eva Maguregi, Pablo Zapata, voluntario profesor de castellano en la zona, Rubén Vadillo, quien pensó su proyecto fin de carrera de arquitectura sobre las edificaciones de la zona; Miguel Madariaga - anunció que la Fundación Euskaltel Euskadi había llegado a un acuerdo con la Fundación Vicente Ferrer para la venta de bicicletas...-, Alfonso Gil, Goyo Zurro, Yolanda Díaz, Beatriz Marcos, Paula Ezcurra; el presidente de Innobasque, Guillermo Ulacia, Eduardo Castañeda, Mariví Barrenetxea, Miren Martínez, Jorge Zamacona, Mavi Boraita, Susana Ansoleaga, Irune Maguregi, Juan Garteiz, Jordi Garçon, Lily Plass y una legión de gente de buen corazón.