ZALLA

NUESTRO objetivo es concienciar a la gente de que esto es muy importante, básico. Como pasa con la salud, sólo nos paramos a pensar en lo necesaria que es la sangre cuando falta", dice José Antonio Miñaur, responsable en Enkarterri de la Asociación de Donantes de Sangre de Bizkaia, Dosanbiz.

Un objetivo que se cumple, a juzgar por las últimas estadísticas. Según los datos facilitados por la asociación, la cifra de donaciones que registra la comarca es, en proporción a su población, más que destacable. "Si en Bizkaia se contabilizan 39 por cada mil, nosotros superamos las 40", celebra. Aun así, alerta de que el imprescindible relevo generacional -el límite para poder donar está establecido en los 65 años- no está garantizado del todo, ya que a los jóvenes todavía les cuesta ir a sacarse sangre.

La labor de los representantes de Dosanbiz en el territorio resulta capital para que se sumen a las campañas. Juan Cruz Otaola es, desde hace cinco décadas, el delegado de la asociación en Zalla, el municipio encartado donde más donaciones hubo el año pasado: en total 359, de las cuales 21 correspondieron a personas que acudieron por primera vez a la unidad móvil que se instala una vez al mes al lado del ambulatorio.

Los habituales rara vez faltan a la cita, por eso tratan de dirigirse a los que nunca antes se habían planteado donar. "Yo mismo me encargo de pegar carteles por el pueblo informando de los días y las horas. También avisamos por megafonía. Hay un grupo de gente de aquí que también ayuda mucho", explica. Luego queda esperar a que continúen con esta saludable costumbre. Así lo sugieren las cifras, que reflejan que el índice de repetición en Enkarterri es muy elevado. "Este indicador se calcula dividiendo las donaciones en un año entre el número de donantes", indica José Antonio Miñaur. "Prácticamente todos los municipios superan el 1,70, lo que es un gran balance porque consideramos que el tres es la referencia. Balmaseda y Zalla tienen un 1,80 y Güeñes y Gordexola lo superan con 2 y 2,10 respectivamente", señala.

Los Habituales

Casi el 90% del total

El estudio pone de manifiesto que Enkarterri se nutre de las personas que ya son asiduas de estas iniciativas. "Suponen casi el 90% de total", aporta Juan Cruz Otaola. Él mismo ha recibido un premio por haber superado las 50 donaciones. De la fidelidad de los pacientes que colaboran desinteresadamente da prueba una anécdota: "Cuando va a haber donaciones, avisan desde el hospital de Galdakao y la última vez se produjo un error en las horas. Pusieron que sería por la mañana, cuando en realidad la convocatoria era para la tarde y mucha gente llamó para preguntar, porque les sonaba extraño. No se habían olvidado".

A lo largo de los años ha visto cómo éstas se llevaban a cabo en diferentes lugares de Zalla, como "un local de la parroquia y otro del Ayuntamiento" hasta llegar a la actual unidad móvil. Estar cerca del centro de salud proporciona ventajas, entre ellas "tenerlo al lado por si acaso, aunque lo más probable es que, como mucho, alguien se desmaye". Antes de tumbarse en la camilla se descarta a aquellas personas que no son las más idóneas para donar sangre. Las que sí lo hacen reciben después un análisis de la muestra y, "la inmensa satisfacción de saber que están siendo útiles a los demás".