Bilbao. Las fiestas navideñas se cierran con el tradicional roscón de Reyes y el sorteo del Niño. Mientras se abren los últimos regalos, la lotería reparte los primeros millones del año. Y es que tras el fiasco y la fuga de ilusiones que supuso la lotería de Navidad en Bizkaia, donde sólo cayeron algunos miles de euros en Sestao y Barakaldo, muchas de las esperanzas se centran en el sorteo del Niño del próximo miércoles. Los vizcainos confían en que, con la llegada de los Reyes Magos, los números dejen unos millones en sus bolsillos para afrontar la dura cuesta de enero que llega. Año nuevo, vida nueva; ilusiones renovadas con las que anhelar un futuro mejor.
Ya no se compra, casi por obligación, en los locales a los que se acude habitualmente. Ahora se estila la austeridad, el control del gasto y pocos números por persona. "La gente se lanza a por uno o dos décimos", afirma Juan María Aranburu, de la administración de lotería Zori. "El gasto es menor que en el sorteo de Navidad. La mitad o incluso menos".
A pesar de no tener tanto arraigo como la Lotería de Navidad, la coincidencia con un día tan especial como el de Reyes invita a muchas personas a comprar un décimo para este sorteo. En Euskadi se desembolsarán 63,2 millones de euros en comprar billetes mientras que a nivel estatal la media de gasto será de 23 euros por habitante.
La cercanía con la Lotería de Navidad hace que muchos reintegros o pedreas se cambien por décimos para el día 6, aunque la crisis también pasa factura y algunos no se arriesgan a que los euros invertidos y recuperados se pierdan de nuevo por el azar. "Este año mucha gente está cobrando las posturas de los décimos de Navidad", señala Bego Mendiguren, de la administración Lauaxeta. Desde el despacho Zori comparten esta misma opinión. "Hay colas por comprar pero la gente está cambiando los décimos premiados o juega la mitad del importe".
Una de las diferencias más significativas es que para el sorteo del Niño apenas se venden participaciones. "Casi todo lo que se vende son décimos", apuntan desde Lotería Martín. Eso sí, la costumbre que tienen muchas familias o cuadrillas de amigos de compartir número influye en las ventas de décimos para el día de Reyes. "Si ha tocado algo en los décimos que jugaban para Navidad, se vuelve a jugar en el sorteo del Niño y se reparte", subraya Mendiguren.
De esta forma, en la Administración de Lotería Martín se muestran animados con las ventas que están registrando. "Estamos vendiendo parecido a otros años; quizá, incluso un poco más", aseguran.
Lluvia de millones en 1999 Muchos quieren reeditar la alegría que inundó las calles bilbainas aquel 6 de enero de 1999, cuando la Administración Lauaxeta repartió entre los vecinos de Santutxu más de 14 millones de euros. Entonces fueron 2.400 millones de las antiguas pesetas. El número 33.638 llenó el barrio de dinero pero ya pasó. Y diez años después, en la administración les sigue quedando el gusanillo de repetir aquel éxito. "Dimos el Gordo en el año 99 y viendo que la Lotería de Navidad no ha dejado nada, muchos se acercan hasta aquí", reconoce Bego Mendiguren.
El Gordo repartido por la Administración Lauaxeta hace diez años ha ido acompañado de algunos pellizcos en años posteriores aunque en los últimos cuatro años el primer premio se haya marchado a lugares como Tarrasa, Castellón, Albacete, Ferrol, Medina de Rioseco en Valladolid o Torres de Cotillas, en Murcia.
Pero los dos millones de euros del Gordo incitan a dejarse veinte euros en la administración y soñar durante unas horas qué se hará con el dinero. Y esos euros que, de vez en cuando, caen en Bizkaia animan a muchos. "En esta zona suele caer bastante a menudo", admite Aranburu. "Cada uno tiene su propio décimo y hay mucha ilusión por este premio", reconoce Mendiguren.
Quedan pocos días para elegir el número más bonito, el más feo o el primero que entre por la vista para vivir una quimera que, quizá tras el sorteo, no lo sea tanto y la entrada en el nuevo año no venga con un pan debajo del brazo sino con unos miles de euros más, que nunca vienen mal.