EL 1 de marzo de 1974, el general Guillermo Rodríguez Lara firmó el contrato para la construcción de un velero escuela para la Armada de Ecuador. El encargo llegó a la empresa Celaya, ubicada en el embarcadero de Erandio, aunque en aquellas fechas aún no se había desanexionado de Bilbao. "El vínculo entre Erandio y Ecuador es una realidad gracias al buque escuela Guayas, construido en el astillero local. La empresa Celaya desapareció, pero no murió del todo, ya que siguen con nosotros personas que trabajaron por y para Erandio en aquellos astilleros", explicó ayer el alcalde, Joseba Goikouria, en la presentación del libro, Guayas un buque escuela nacido en Erandio, editado por el Ayuntamiento y firmado por Juan José Alonso.

El libro relata la historia de aquella construcción, en la que, según cuenta el autor, que entonces era director de los astilleros, hubo algunos problemas externos que motivaron un retraso de seis meses. "Enviamos los avisos pertinentes a la armada ecuatoriana, pero como era de esperar, no nos hicieron ni caso y se presentaron a por su barco antes de que estuviese acabado", explicó ayer. Según se relata en el libro, "el 23 de febrero de 1976, el capitán de Navío Nelson Armas Herrerías se presentó en el astillero, inaugurando así una larga estancia de gratísimos recuerdos para todos". El buque no zarpó hasta octubre de aquel año. Tras el capitán, llegó el resto de la misión y todos los tripulantes del barco.

"Para mí, éste es un gran día en el que presentamos un librito pequeño pero que narra una gran obra. En esta época en la que los efectos migratorios están en auge, aquí se cuenta la historia de un afecto mutuo que surgió a raíz del Guayas", señaló Pablo Buitrón, cónsul de la embajada de Ecuador en Bilbao. "Cuando la tripulación vino aquí revolucionó a todo el pueblo, sobre todo a las chicas, que se quedaron perplejas", explicó por su parte Joseba Goikouria, alcalde de Erandio.

La llegada de los tripulantes también supuso un quebradero de cabeza, según se explica en el libro. "La situación amenazaba con problemas de gastos de estancia y ocupación del personal". Entonces, los vecinos de Erandio se volcaron con el proyecto. "Se consiguieron locales de estudio e instalaciones deportivas para la marinería y se les alojó en casas particulares, donde las familias los acogieron con mucho cariño". Tal fue la situación, que incluso hubo emparejamientos.

El día 1 de junio se celebró una ceremonia oficial de puesta de quilla, coincidiendo con la visita que hicieron al astillero oficiales ecuatorianos alumnos de la escuela de guerra naval.

Despedida

Lágrimas de amor

La maniobra de botadura del barco no se produjo hasta el 22 de octubre de 1976. Los retrasos sufridos en su construcción motivaron que la botadura no se realizase hasta que el casco del buque fuese terminado consecuentemente. El Guayas flotó por primera vez aquella madrugada y el buque quedó atracado en el muelle del astillero. Sin embargo, se siguió trabajando en el buque hasta 1977.

Según relatan los protagonistas de aquellos días, en el libro de Juan José Alonso, "las mozas, educadas en la sobriedad vasca, acogieron asombradas la dulzura ecuatoriana. Hubo emparejamientos y la marcha del barco supuso muchas lágrimas y más de un drama". Cuando se contrató el siguiente buque escuela, el alcalde de Erandio advirtió al astillero de que "no se repitiese aquella situación de alojamiento", y los oficiales llevaron a sus esposas consigo.

Previo a su zarpe hacia Ecuador, el barco realizó pruebas de mar y crucero de entrenamiento. Así, el buque partió de Bilbao el 28 de julio de 1977. Atrás quedaba el recuerdo de una "entrañable convivencia de erandioztarras y ecuatorianos".