Etxebarri. El Ayuntamiento de Etxebarri ya tiene sobre la mesa el estudio que encargó a la Diputación para poner fin a la polémica suscitada entre los vecinos de la zona cercana al metro y los responsables del café-teatro abierto en la misma zona hace cinco meses. Pero lejos de cerrar para siempre este capítulo, según ha podido saber DEIA, este documento abre nuevos interrogantes que afectan tanto a un bando como a otro.

Por un lado, el estudio llevado a cabo por la empresa especialista Labein reconoce que el local cumple con la legalidad, pues "el nivel de insonorización es superior a los 75 decibelios exigidos legalmente".

Además, confirma que el otro aspecto que podría provocar quejas vecinales, los niveles sonoros de emisión de las instalaciones del local, también se encuentran dentro de los parámetros legales, ya que se emite por debajo de los 100 decibelios permitidos.

Una vez demostrados ambos términos, la sorpresa llega cuando este mismo estudio sentencia que la otra parte implicada en la polémica, los vecinos afectados por ruidos nocturnos, también llevan razón en sus quejas. Y es que, las mediciones realizadas en los primeros pisos ubicados justo encima del café-teatro superan el nivel de ruido nocturno marcado por la ley.

Ante esta realidad, el Ayuntamiento ha decidido que seguirá tomando medidas hasta dar con la raíz de un problema que no beneficia a nadie. Ni a los vecinos que sufren ruidos, ni al Consistorio que suele ser el centro de la polémica, ni a los dueños del café-teatro que han invertido mucho dinero en levantar un local y tienen que acudir cada día a trabajar con una comunidad de vecinos que no les quiere.

"Sólo queremos poder dormir", aseguran los vecinos de esta zona residencial que viven marcados por el ruido y que el lunes volvieron a acudir al pleno municipal para exigir una solución a su problema. Mientras, los responsables del café-teatro ya no saben qué hacer. "No hemos venido a Etxebarri a crear polémica, hemos llegado a ganarnos el pan de la manera que mejor sabemos, con la hostelería", aseguran.

Para el Ayuntamiento también es una situación difícil. "Llevamos mucho tiempo con esta polémica. Concedimos la licencia de apertura al local porque es un trámite reglado, es decir, estamos en la obligación de concederla siempre que cumpla con la ley. Entendemos perfectamente la situación de los vecinos, pero tampoco podemos permitir que se nos acuse de todo", explica el alcalde, Pedro Lobato. Así, con el nuevo informe en la mano, el Ayuntamiento instará a los responsables del establecimiento a ampliar el grado de limitación y calibración en los aparatos controladores de las emisiones sonoras, además de obligarles a que controlen con un limitador todos los elementos musicales propios de un concierto de música en vivo como los que celebran en el local.