BLAS Beristain de la Rica aprobó con buena nota el pasado mes de junio su carrera de Arquitectura, gracias a su trabajo de fin de curso, centrado en la recuperación del búnker creado en la Guerra Civil entre Azkorri y Sopelana. Aunque la mejora de este espacio, uno de los creados con el objetivo de defender el Cinturón de Hierro de Bilbao en la Guerra Civil, es sólo "la excusa", según el arquitecto. Beristain aspira a reconvertirlo en una escultura natural, con servicios adicionales como un Instituto de Meteorología, miradores cara al mar y un centro multideportivo. "El edificio funcionaría, pero no tengo experiencia porque acabo de terminar la carrera y, además, corren tiempos de crisis. ¡A ver qué pasa!", explicó a DEIA el arquitecto, que tiene intención de presentar el proyecto al Ayuntamiento de Getxo.

"La idea nació al ver el estado en el que se encuentra el paseo de la costa, en toda la zona de Azkorri a Sopelana. Con la maravilla de sitio que es, no hay forma de disfrutarlo. Está el búnker, pero lo que busco es una intervención en toda la zona, reestructurando el paseo, creando miradores, eliminando barreras arquitectónicas... Y todo, atendiendo a lo que hoy en día ya existe, la naturaleza", prosigue Beristain, que destaca el estado de conservación "lamentable" del búnker, usado por los jóvenes para "ir de litronas y organizar fiestas", y que ofrece una magnífica visibilidad del mar.

El proyecto de este joven arquitecto se desarrolla en torno al búnker, al que entiende como "una escultura en medio de la naturaleza", pero con posibilidades de ser visitado y que ofrecería una sala de exposiciones en su parte inferior, que coronaría un gran mirador hacia el mar. Además, dada la cercanía de la playa Barinatxe, conocida como La Salvaje, y su importancia para el surf local y su uso habitual "a nivel europeo" por parte de los aficionados al parapente, el proyecto contempla también ofrece un uso deportivo al proyecto del búnker con la creación de un centro multideportivo.

"Hay paseantes por la zona, ciclistas, los surfistas que se cambian como pueden en el aparcamiento, los parapentistas... Carecen de infraestructuras adecuadas. De ahí, la propuesta de este centro multideportivo, que contaría también con área de almacenes, gimnasio, vestuarios, aulas...", asegura Beristain. El proyecto se complementaría también con un Instituto de Meteorología. "Podría ir en él Euskalmet, por ejemplo. La práctica de los deportes de esta zona tiene mucho que ver con la meteorología", justifica el joven arquitecto vizcaino.

El proyecto, que busca con su materialización crear "un lugar de encuentro, de disfrute y aprendizaje", se concretaría con un edificio "incrustado" en el terreno natural. "Puede chocar que, persiguiendo ese fin de no destacar, el edificio esté diseñado con líneas rectas, cuando se intenta integrarlo con la naturaleza, pero el objetivo es ése. No se puede intentar competir con la naturaleza cuando es tan fuerte. Por eso, pensé que lo mejor era crear algo totalmente inorgánico, recto, para hacer contraste con el medio natural, y de esta manera, potenciar la verdadera fuerza del entorno", indica Beristain.

Por esa razón, el proyecto está planteado como "cortes o heridas que se le hacen al terreno". Al final, el arquitecto ve el edificio como "una trinchera", un camino que llevaría a sus visitantes desde el acceso del estacionamiento del aparcamiento de Azkorri hasta el mar. "Y a lo largo de ese camino, se irían encontrando con un restaurante que mira hacia el Abra, el centro multideporte con su zona de entrenamiento y el Instituto Meteorológico. Todo ello se junta con el paseo de la costa y los paseantes en el gran mirador. Se trata de crear un espacio común para deportistas, paseantes, curiosos o meteorólogos", concluye el arquitecto.