hA sido el mejor vehículo para narrar la vida de Zalla desde enero de 1946, cuando Don Paulo, el párroco, decidió editar una publicación que sirviera para dar a conocer las actividades que se organizaban en el municipio bajo el nombre de Mi Campanario. Tras pasar por diferentes etapas, hoy sobrevive gracias al esfuerzo de Juan Antonio Pardo y José Miguel Pernía. Ellos son el alma de la llamada Asociación de Amigos de Zalla, heredera de la hoja parroquial. Con su trabajo se encargan de mantener unidos tanto a los zallenses como a los que, por circunstancias, ya no viven allí enviando un boletín semestral de noticias. Sin embargo, la competencia que representan las nuevas tecnologías y la falta de relevo generacional les hace pensar que "esto se terminará en cuanto falte Don Paulo, que tiene 94 años".

Esta redacción a pequeña escala se reparte bien sus funciones. Juan Antonio recopila los datos "acudiendo al Ayuntamiento o escuchando lo que tiene que decir la gente", mientras José Miguel envía los textos a la imprenta y los remite por correo a los cerca de 40 socios de la agrupación. Asimismo, siguen a rajatabla la costumbre de "celebrar dos comidas al año, en las fiestas de Navidad y al principio del verano, en las que todos nos reunimos para comentar cómo hemos cambiado".

Y es que los contenidos son fiel reflejo de la transformación social. En los inicios se daba consejos a las mujeres sobre las bondades de la maternidad y el matrimonio, aunque fuera sin amor, o se detallaban las biografías de personajes ilustres ligados al municipio.

Por ejemplo, "Manuel de Ahedo, apodado el Fuerte de Otxaran, el general Urrutia -del que Goya pintó un cuadro que se encuentra en el Museo del Prado-, la emperatriz Zita de Austria, que pasó una temporada en el colegio de las Irlandesas o el padre Peyton". Los dos recitan de memoria las palabras que el jesuita dedicó a la localidad: "Un paraíso digno de Adán y Eva". También recuerdan a modo de curiosidad que "el Papa San Pío X firmó al sacerdote Pedro Artetxe un autógrafo con dedicatoria que se conserva en la iglesia de San Miguel". Datos que "demuestran que nosotros también tenemos historia".

Juan Antonio custodia igual que si fuera un tesoro un volumen en el que se recopilan esos números comprendidos entre los años 1946 y 1982, fecha en la que se bautizaron como Asociación de Amigos de Zalla. Hoy las noticias han evolucionado para analizar al detalle "las obras que han convertido Zalla en una población moderna", sin olvidarse de citas emblemáticas como el día de Gangas.

Y tampoco del apartado reivindicativo. Entre todos los reportajes, reseñas y crónica social, que también la había, se cuela una sección fija. "Don Paulo realizó un amplio estudio sobre la propiedad de la casa de Juntas de Abellaneda basándose en publicaciones y fuentes históricas y en cada número aparece una parte", explican. Sobra decir a quién creen que pertenece.