Gatika. El no de los concejales de EA y la izquierda abertzale ha echado por tierra más de tres años de trabajos. En 2006, Gatika aprobó inicialmente el proyecto de implantación del centro con el apoyo del entonces alcalde de Eusko Alkartasuna y los votos del PNV, que esta vez se ha quedado solo.
¿Qué es el centro de investigación y desarrollo electrotécnico?
La fundación Labein-Tecnalia no tiene ánimo de lucro. Es el mayor centro tecnológico de Euskal Herria y tiene 350 personas en plantilla. Su misión es apoyar el desarrollo de productos de otras empresas, así como facilitar el acceso al mercado de los mismos y mejorar la competitividad del sector energético. Se trata de una empresa fundamental para el desarrollo del tejido industrial vasco.
¿Cómo surge la necesidad de instalar el centro aquí?
Labein trabaja actualmente en Burtzeña, pero varios factores obligan a su reubicación. La empresa estudió varias alternativas y la más acertada era la de Gatika, ya que debe asentarse junto a una subestación y requerir ciertos valores que aquí se cumplían.
¿Iba a ser una empresa contaminante?
Para nada. Se iba a construir un edificio ecoeficiente con un probable tejado verde, es decir, cubierto de plantas. Iba a tener depuradora propia y generar la energía que necesita. No emite ruidos y tenían el compromiso de adquirir un certificado de edificio no contaminante en seis meses. Además, iban a limpiar de arbustos y maleza la zona y contribuir a la recuperación paisajística, replantando la flora local.
¿Qué le iba a aportar a Gatika?
Debe quedar claro que ésta no es una empresa que venga a llenarse los bolsillos. Repito que es una fundación sin ánimo de lucro y con la participación de múltiples estamentos públicos. Además de la mejora paisajística de la zona, se iban a crear empleos indirectos, con puestos de personal de jardinería, mantenimiento o limpieza, entre otros. También los negocios se iban a ver beneficiados y la implantación supone una mayor riqueza en forma de tasas o licencias. Los empleos directos son muy cualificados, pero las puertas también estaban abiertas para los vecinos.
Inicialmente se aprobó en 2006, ¿qué ha cambiado?
En 2006, le dimos la aprobación inicial porque no se podía dar la definitiva. Se iniciaron entonces los trámites necesarios para su implantación. Cabe recordar que Labein ha gastado ya mucho dinero en realizar el proyecto. Ahora resulta que les hemos dicho que no sin criterios técnicos que avalen la decisión. Tenemos que ser coherentes.
¿Qué espera ahora?
En este momento, nuestros votos son minoría, 4 a 5. El proyecto se ha rechazado directamente y no sé lo que va a pasar. Si nada cambia, no se podrá instalar aquí. Sin acuerdos previos, no hay previsión de trasladar de nuevo la propuesta al pleno. Insisto en que la empresa es fundamental para Euskadi. No sabemos si habrá opción de presentar de nuevo la propuesta del convenio o si todo el trabajo realizado hasta ahora se perderá.