Hubo un día en el queSara también fue protagonista. Un día en el queacaparó una página enteradel periódico y tuvo sus cincominutos de gloria.Pero mientras hoyla noticia se tiñe de negro y un lutosordo acompaña el texto, aquel díavestimos la información de blancoinmaculado, la almidonamos y la servimosenvuelta en un lazo azul porquela jovenandoindarra había dadoa luz de una de esas manerasinsólitas que a los periodistas nosgusta relatar. Era un 28 de setiembrede 2007 cuando DEIA conseguíahablar con Sara G. en el hospital deCruces después del alumbramientode su tercer hijo, Julen. Un niñoabsolutamente especial. Julen fueengendrado de manera inesperada,los ginecólogos pensaron que erauna niña, su nacimiento pilló a sumadre desprevenida y encima todosucedió en el helicóptero de Osakidetzasobrevolando Mungia.Por primeravez en Bizkaia, un pájaro dehierro reemplazaba a la cigüeña.

Sara contaba aquel día a DEIA, conel gesto de madre curtida pero embelesada,cómo le habían cortado losvaqueros para que la cabeza de suchiquitín pudiera asomar. Julen,mientras tanto, flotaba como unastronauta enunpijama azul de hospitalque bailaba gigante a pesar deser un morroskito de más de treskilos. Sin embargo, entre los abrazostiernos, los besos a su recién nacidoy sus intentos fallidos por amamantarlo,dos caritas de seis y dos añosperseguían a Sara. La joven madreno podía dejar de pensar en Uxue eImanol, sus otros dos pequeños quehabía dejado en casa. “Me tratanestupendamente pero sime puedandar de alta hoy o mañana mejor queal siguiente -decía a 24 horas de dara luz-, porque sólo estoy pendientedel móvil y de mis niños”, añadíamuypreocupada por no poder resolverla intendencia doméstica que leagobiaba. A esta periodista, Sara lapareció una madre soltera solícita,que se negaba a hablar de los padresde sus críos pero la historia era tanconmovedora, tan emocionante y tanllena de melancolía que desde laredacción le enviamos un ramo deflores al hospital.Hoymehe acordadode aquella joven rubia, bien pareciday de sus niños y seme han escapadolas lágrimas.