Susana Alaguero es la nueva presidenta de la Asociación de Comerciantes, Hosteleros y Empresas del Casco Viejo de Bilbao. Pero de nueva solo tiene eso, ya que lleva desde los 16 años en el mundo del comercio y desde hace otros tantos regenta la tienda de moda Olañeta, situada en la calle Correo.

Desde este negocio familiar –que abrió sus puertas en 1946– Susana sustituye al que hasta ahora era el presidente de la asociación, Luis Arbiol, y se sitúa como la cara visible de la asociación con el objetivo de reforzar el comercio local “con mucha positividad y cariño”.

¿Cuánto tiempo lleva en el mundo del comercio? 

—Llevo desde los 16 años en este mundo del comercio, unos treinta y pico ya... He conocido lo que ha sido y lo que es ahora, y cómo ese comercio se ha ido adaptando a los tiempos.

Y la tienda Olañeta, ¿cuándo nació?

—Olañeta se abrió hace 79 años, en 1946. Hemos estado vistiendo a los bilbainos y bilbainas, a nuestra clientela de los pueblos y ahora también a los turistas. La verdad es que estamos encantados.

¿Qué es lo que más destacaría del comercio de Bilbao? 

—Somos unos buenos anfitriones. Creo que todo el comercio bilbaino damos el 100%, estamos casi las 24 horas. Cuando ya estás en casa con tu familia piensas en tus redes sociales, en tu web... Estás todo el rato pensando en motivarte a ti mismo y en motivar a los demás. Es cierto que ahora el comercio está pasando por un momento delicado, pero no tenemos que tener miedo. Tenemos que cambiar el chip y decir “somos la leche, podemos con esto”. 

¿De qué manera surgió la oportunidad de liderar la asociación?

—La Asociación de Comerciantes, Hosteleros y Empresas lleva ya 56 años en activo y uno de los fundadores fue mi suegro. Después también ha estado mi marido, así que llevo casi unos 20 años metida en ello. Al final es importante que entre todos y todas aportemos, y ahora me ha tocado a mí ser la cara visible. Sobre todo para reforzar el comercio local y ayudarnos entre todos. Tenemos una hostelería increíble, pero creo que ya es hora de poner al mismo nivel y en valor el comercio. Nuestro lema es que somos una gran familia que se compone de todos los comercios, hosteleros y empresas del Casco Viejo.

¿Cuál es su principal objetivo como nueva presidenta de la Asociación de Comerciantes?

—Mi principal objetivo es reforzar el comercio local, Voy a ser muy pesada en seguir visibilizándolo porque creo que damos vida a las ciudades. Intentar hacer ese comercio de cercanía, ese comercio increíble que tenemos. Es algo que queremos poner en valor. 

¿Cuál cree que es el mayor reto que deberá afrontar?

—Me gustaría decir que estaría encantada de que todo fuese de color de rosa, pero eso no va a ser así. Yo soy muy positiva, creo que hay que ver la vida como va en cada momento. Depende de la situación que se nos presente vamos a estar ahí a tope, pero somos optimistas. A mí me gustaría relanzar el comercio local, darle visibilidad. Si vienen problemas los asumiremos de la mejor forma que sabemos: dando la cara y ofreciendo el 100% de nosotros mismos. 

¿Tiene algún proyecto en mente para alcanzar sus objetivos?

—Ya estamos pensando en un plan estratégico para la siguiente temporada. Vamos a intentar dar visibilidad a los comercios que hay en el Casco Viejo y fomentar también el asociacionismo porque la unión hace la fuerza. Esa es una batalla que estoy animada a afrontar. Crear un comercio de calidad, tal y como lo es la hostelería de la ciudad. Que la gente venga a comer, pero también a ver nuestras tiendas. 

Últimamente se habla mucho de la turistificación. ¿Cree que el comercio de proximidad ha perdido fuerza frente a los nuevos negocios que únicamente están dirigidos a los turistas?

—Yo creo que no. Bilbao es muy pequeño, no es Barcelona ni es Madrid. Lo bueno que tenemos en el Casco Viejo y también en el resto de la ciudad es que hay cabida para todos los comercios y las personas emprendedoras que quieran abrir un nuevo negocio local. No creo que sea un problema, porque los que estamos en el Casco Viejo ofrecemos un comercio especializado, diferente a ese nuevo tipo de negocios. Insisto cuando digo que creo que somos muy buenos anfitriones y tenemos un comercio increíble, exquisito... Nuestros clientes no vienen solo a comprar, sino que también vienen a saludarnos porque para nosotros ellos son familia. 

En este sentido, además del comercio local, ¿qué otro aspecto cree necesario impulsar?

—Más que nada dar esa tranquilidad de que en el Casco Viejo estamos abiertos a recibir a todo el mundo, no solo a los bilbainos y bilbainas sino a toda la gente que venga de fuera. En definitiva, reforzar todo lo que podamos. El Casco Viejo es un barrio en el que somos familia.

En el caso de los comercios de toda la vida, ¿ve posible encontrar un equilibro para poder mantener la esencia y adaptarse a los nuevos tiempos?

—Por supuesto. Al final somos un barrio con mucha solera, pero con muchas ganas de que nuestros comercios sigan adelante. Es verdad qua habrá comerciantes que tendrán que apostar un poco más y nosotros podemos ayudarles perfectamente, porque para nosotros la clientela de al lado no es competencia, todos vamos a una. Hay que crear una red de familia entre todos. 

¿Un deseo para esta nueva etapa?

—Mi deseo es que lo pesada que voy a ser, y la guerra que voy a dar, tenga sus frutos. Todo lo que se pueda hacer, por pequeño que sea, bienvenido sea.