Cocinar en el hogar sigue siendo una aspiración fuerte para muchas personas en Euskadi. Así lo refleja el último estudio presentado por BBK Kuna dentro del proyecto Habitantes del Futuro. Casi 9 de cada 10 vascos y vascas quiere cocinar más, y casi la mitad considera que saber hacerlo es tan importante como leer o escribir.

El 80% de la juventud vasca quiere cocinar más, y reconoce que la comida precocinada no es buena ni para la salud ni para el medio ambiente.

El informe, dirigido por el profesor de Ciencia Política de la Universidad de Deusto Braulio Gómez, se ha presentado este miércoles en el Mercado de la Ribera, y recoge las opiniones de mil personas de distintas edades y territorios. Más allá de los datos, hay un mensaje claro: la cocina sigue siendo un espacio de salud y unión.

Frente a la comida rápida y precocinada, muchas personas —especialmente jóvenes— desean volver a cocinar, pero se encuentran con barreras como la falta de tiempo, el desconocimiento o la pérdida de costumbres familiares. En respuesta a esta realidad, BBK Kuna ha lanzado “Etxekooking”, un movimiento que busca recuperar el gusto por cocinar en casa. “Queremos que cada cocina sea un lugar donde compartir, aprender y cuidarnos. Cocinar es algo moderno, útil y saludable”, explicó Kris Prieto, responsable de BBK Kuna.

Menos tiempo, más ganas

La encuesta realizada destaca que aunque las generaciones más jóvenes consumen más comida preparada, también son las que más desean cambiar ese hábito. El 80% de la juventud vasca quiere cocinar más, y reconoce que la comida precocinada no es buena ni para la salud ni para el medio ambiente.

Sin embargo, muchas personas jóvenes dicen no saber cocinar más allá de lo básico: huevos fritos, picar cebolla o preparar una ensalada. Platos tradicionales como el marmitako o los chipirones en su tinta se están perdiendo entre las nuevas generaciones, al igual que el contacto con el pequeño comercio: menos jóvenes saben ir a la pescadería o elegir carne en la carnicería.

 Más mujeres cocinan, y lo hacen de forma más saludable

El estudio también muestra diferencias entre hombres y mujeres. Las mujeres cocinan más, se alimentan mejor y generan menos desperdicio, una tendencia que se mantiene en todas las edades. En cambio, los hombres, aunque cada vez se implican más, siguen rezagados en habilidades y en tiempo dedicado a la cocina.

Además del deseo de cocinar más, el estudio refleja un fuerte apoyo a la alimentación local y sostenible. El 77% de la ciudadanía quiere más huertos urbanos y una mayoría apuesta por productos de cercanía en los comedores escolares. Volver al comercio de barrio y recuperar la figura del frutero o la pescadera de confianza también aparece como una necesidad compartida.

A lo largo del año, BBK Kuna pondrá en marcha campañas, talleres y espacios intergeneracionales donde compartir recetas, aprender trucos básicos y recuperar el placer de cocinar con calma. “No se trata de dar lecciones, sino de compartir algo que nos une: el gusto por comer bien y cuidar a los nuestros”, resume Prieto. En un momento en el que la comida rápida gana terreno, iniciativas como esta buscan reconectar con una forma de vida más saludable.