Bilbao ha aprobado este jueves la nueva normativa que regula la tenencia de animales de compañía. La ordenanza establece la prohibición de pasear a perros con correas de más de dos metros de longitud y la obligación de limpiar también los orines de las mascotas en la vía pública.
El pleno del Ayuntamiento que se celebra esta jueves ha dado luz verde a la Ordenanza Municipal Reguladora de Protección, Bienestar y Tenencia Responsable de los Animales de Compañía, tras haber incorporado, al menos en parte, 14 de las 19 alegaciones que había recibido en su proceso de tramitación. Según ha explicado el concejal de Salud y Consumo, Álvaro Pérez, esta norma pretende "combinar" la protección de los derechos de los animales con el cumplimiento de "unas normas de conducta esenciales para una adecuada convivencia de nuestras mascotas con la ciudadanía de Bilbao".
La ordenanza se aplicará a los animales de compañía, principalmente perros, gatos y hurones, pero también otros animales auxiliares (perros pastores, de rescate…) y exóticos. Su objetivo principal, ha recordado Pérez, es "garantizar el respeto y buen trato a los animales de compañía, fomentar la adopción y combatir su abandono".
En el texto se establece por primera vez el límite máximo de las correas de los perros, que se establece en dos metros, y que antes de la cesión o transmisión de perros y gatos estos deberán ser esterilizados. En el caso de los perros potencialmente peligrosos, la nueva normativa recoge la necesidad de castrar a los animales antes de salir del centro de cría. Si no fuera posible en ese momento, debe existir un compromiso firmado de realizarla lo antes posible y antes de que éstos cumplan 12 meses.
Además de prohibir la cría y venta de animales de compañía entre particulares, obliga a los propietarios a recoger los excrementos y limpiar los orines en la vía pública.
En el caso de los gatos callejeros, se pretende reducir progresivamente su población mediante un programa CER, por las siglas de Captura, Esterilización y Retorno. Solo las colonias felinas reconocidas oficialmente por el Ayuntamiento podrán ser alimentadas siguiendo protocolos previamente establecidos.
Multas de hasta 100.000 euros
Para garantizar el cumplimiento de la normativa, el Ayuntamiento va a reforzar la vigilancia y la inspección, y ha establecido sanciones por incumplir estas obligaciones de hasta 100.000 euros. Las infracciones se han clasificado en leves, cuando no provocan daños físico ni alteraciones de comportamiento en el animal; graves, cuando implican sufrimiento, y muy graves, si la consecuencia son secuelas graves o su muerte.
Las infracciones conllevan sanciones que varían desde los 100 euros hasta los 100.000 euros, dependiendo de su gravedad. Se busca así, ha advertido el concejal bilbaino, "disuadir conductas que impliquen maltrato o abandono de los animales".
Desde la oposición, Elkarrekin Podemos ha votado de forma negativa a la ordenanza al considerar que "no es de bienestar animal, sino de malestar animal" ya que supone "un retroceso" en lo ya regulado en las leyes autonómica y estatal, y también EH Bildu ha advertido de los "problemas competenciales" que va a generar esta ordenanza.
El PP ha cuestionado que las responsabilidades que recaigan en los dueños de los animales y ha propuesto crear un banco de ADN para luchar contra el abandono.