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Virado a sepia

Ganando una plaza en el centro de Bilbao

El Ensanche ha mutado en su corta historia tirando casi manzanas enteras como la que albergó el colegio Santiago Apostol al lado de la Alhondiga

Ganando una plaza en el centro de BilbaoAYTO BILBAO

El Ensanche, esa extensión en la otrora anteiglesia de Abando que permitió crecer urbanísticamente al apretado Bilbao de las Siete Calles, ha registrado pocas mutaciones desde su creación paulatina a caballo entre los siglos XIX y XX. Quizás uno de los mayores cambios lo protagonizó la manzana que se observa en la imagen tomada en 1966. Es la delimitada por las calles Licenciado Poza e Iparraguirre y las alameda Urquijo y Recalde. Un cuadrado que se ve cercenado en una de sus esquinas por la plaza de Arriquibar y que tiene como referencia a la izquierda el edificio de la vieja Alhóndiga hoy Azkuna Zentroa. En la toma aérea se observa como solo tres edificios residenciales se mantienen en pie. El de fachada curva que mira a la plaza mencionada y los dos contiguos levantados en alameda Rekalde. El resto del perímetro ha pasado a mejor vida. Lo componían dos edificios religiosos. El más amplio era el colegio levantado por los hermanos de La Salle, dedicado a Santiago Apóstol que como se observa en la imagen llegó a ocupar buena parte de la manzana al sumar a las aulas educativas también un gran complejo residencial para los estudiantes internos.

El centro empezó modesto en dependencias y clases en el curso 1910-1911 y fue creciendo con los años hasta conformar un colegio con diferentes servicios como biblioteca, comedores y hasta un museo de ciencias naturales todo ello presentando una arquitectura rotunda donde destacaba la esquina de Urquijo con Iparraguirre por su coronación en altura con un bello templete, como se ve en la imagen. En el centro, el gran patio de recreo, al estilo de los que permanecen hoy en los colegios de los Jesuitas y Escolapios que ocupan también casi dos manzanas en el Ensanche.

La actividad del centro educativo se prolongó hasta el año 1976 cuando la orden religiosa determinó la venta del complejo y trasladarse hasta Deusto, a una parcela del Instituto de La Salle, colindante a su Colegio de Deusto, con lo que se creó un gran centro educativo que es el que en la actualidad educa a miles de bilbainos al lado de Ibarrekolanda.

Otro elemento destacable en la imagen es la esquina entre la calle Poza y alameda de Rekalde. Esa espigada torre que se ve es el campanario de la que fue la Iglesia San Juan Bautista. Construida por los hermanos de La Salle como remate a su centro educativo fue un impresionante templo que se abrió al culto el 30 de abril de 1951 y contaba con un aforo de 2.400 personas, lo que supuso que ostentara el récord de iglesia de mayor capacidad de la ciudad. Su arquitectura llevó la firma del afamado bermeano Pedro de Ispizua el cual dejó su impronta con una fachada de acceso en la calle Poza muy peculiar para la época con elementos arquitectónicos nada habituales y un gran espacio interno a modo de teatro incluso con gradas.

Una bella obra que solo se puede disfrutar en fotografías después de que, junto al colegio, fuera demolida en 1976 para dar paso a otro edificio totalmente diferente en uso, hechuras e incluso color. El bloque que le sustituyó fue conocido desde sus inicios como La casa de la pradera debido al intenso verde que domina toda la estructura metálica de sus dos fachadas en esquina. Hasta cinco arquitectos diferentes firmaron los planos de la que desde entonces es la sede de la Cámara de Comercio y Navegación de Bilbao, la cual fue estrenada en 1982 junto a su centro de estudios especializado en idiomas, empresas y posgrados.

También fue especial el otro edificio surgido en el anterior solar docente. Es la actual sede de varias entidades dependientes del Gobierno vasco, obra del arquitecto Federico Soriano, levantado sobre un parking subterráneo municipal previamente construido junto a la plaza Bizkaia que el Ayuntamiento ganó para la ciudad. De estilo vanguardista es admirable la peculiar fachada de cristal ondulada de un edificio que se inauguró en 2006. Dos años después el Consistorio reformó la inicial plaza para dejarla tal y como está hoy tras la polémica con la moderna fuente que centra el espacio.

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