Considerada como la más completa, la propuesta ¡Agua de Bilbao! ha conseguido 86,42 puntos sobre 100 en el concurso de proyectos para el solar de Sendeja, adelantando a sus competidores con gran ventaja. Sin embargo, más allá de los aspectos valorados por el jurado, la propuesta es una especie de metáfora de la orografía natural de Bilbao, atravesada por una ría en la que desaparecen las escorrentías que descienden desde las laderas. Es por ello que el equipo de Katsura Arquitectura y Urbanismo pensó desde un inicio en reproducir una cascada. Pero no una cualquiera, sino una que careciera agua. En su lugar, se emplean nebulizadores para simular la caída del agua.
Según los miembros del equipo ganador, la propuesta presentada a concurso consiste en apropiarse de los grandes muros que dominan el fondo de la parcela mediante “una solución unificadora”. Esto se consigue creando una serie de cascadas de malla metálica, tratadas como si fueran agua real. De esta forma, se obtiene una suerte de mural en tres dimensiones que penetra en la ciudad y une lo orgánico y lo artificial, es decir, la transición entre lo natural y lo urbano. “El espacio urbano se trata a pie de calle para crear una plaza a modo de pedestal que encuadre esta visión y que pueda ser aprovechada y disfrutada por todos en Bilbao”, explican en su justificación.
El equipo de Katsura Arquitectura y Urbanismo, liderado por Luis Domínguez, ha estado formado por los arquitectos Jorge Aguirrezabal y Borja Usandizaga, el muralista Alfonso Álvarez y la paisajista Isabel Pam. Todos ellos han aportado al proyecto desde su campo de conocimiento, según lo relatado este jueves durante la presentación de la iniciativa, en la que el fundador del estudio ha desgranado algunas de las claves del proyecto.
“Dentro de lo que es la estructura de Bilbao, en la que los montes y las distintas laderas terminan confluyendo en la ría, resulta que la parte del Parque Etxebarria se entregaba a una especie de no lugar entre Sendeja y Esperanza. Se cortaba”, ha explicado sobre la zona en la que, bajo su punto de vista, siempre se han producido desprendimientos, ya que la escorrentía por algún sitio tenía que discurrir para llegar hasta ahí abajo. “Al mirar este solar parecía que nos habían dado la oportunidad de encontrar el desagüe. Y hemos tenido la suerte de encontrar el punto de que todo lo que viene de las escorrentías fluya aquí”, ha apuntado.
¿AGUA SÍ O NO?
Siguiendo ese hilo, fueron Aguirrezabal y Usandizaga quienes desarrollaron el proyecto. “La parcela tiene esa parte de naturaleza entrando en la ciudad. Queríamos conseguir la imagen del agua cayendo a través de los distintos muros y sus rebotes”, ha señalado Aguirrezabal, quien ha apuntado que en el espacio urbano se ha “ordenado” como si fuera agua de verdad, tras “mandarla a pequeños riachuelos y concentrarla en una especie de agua etérea y que de ahí baje a la ría”.
Fue en ese punto donde se les presentó uno de los grandes desafíos de la propuesta: ¿Cómo conseguir agua cuando no quieres incluir agua? “Fue una tarea complicada. Se nos ocurrió que tal vez había que descomponerla y pensar en algo más fantasmal y místico”, ha relatado Aguirrezabal. Así fue como dieron con la idea de componer la cascada “con una reja metálica que permita durante el día quedarse congelado en el tiempo y por la noche cobre vida con la iluminación, simulando el momento del agua bajando”.
Para ello pretenden emplear nebulizadores que pulverizan agua en gotas muy finas que, en contacto con el aire, se evaporan rápidamente. Se trata de una solución que, como ha recordado Asier Abaunza, concejal de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Público, generará un “punto de frescor” en la ciudad, sobre todo en los meses más calurosos.
En palabras de Borja Usandizaga, a pesar de que en un inicio podía considerarse como un “punto negro” con varias “hipotecas”, “era un escenario perfecto para montar una escenografía” y suponía “un reto poner aquello en valor”. Con todo, la solución planteada por Katsura solventar las limitaciones del espacio. Así, Usandizaga ha especificado que el estanque ficticio oculta el sifón del Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia, por ejemplo.