Cuando una estrella está a punto de apagarse brilla como nunca. El cocinero Daniel García ha decidido que este era el año para poner fin a su trayectoria después de estar 35 años al frente del restaurante Zortziko.

En un Territorio Histórico que acumula más de una decena de estrellas Michelín, Daniel García ha dejado huella en los paladares de todos los comensales que han optado por visitar, al menos una vez, la casa de Daniel. Amante de la gastronomía de toda la vida, su afición por la cocina, que comenzó a los 12 años, terminó habiendo conseguido una Estrella Michelín.

Sus facultades físicas y mentales están intactas pero ha sido este año el momento de decir agur a la cocina. ¿Quién le iba a decir a Dani García que iba a llegar a Bilbao siendo un adolescente y que terminaría convirtiéndose en un referente gastronómico de Bizkaia?

Inicios en la cocina

Cuando empezó de manera profesional a cocinar estuvo trabajando en la cocina de un restaurante de carretera. Casualidades de la vida, su padre estuvo trabajando previamente en la construcción y a Daniel García el nombre de Bilbao le sonaba a cocina.

Por ello, dejó toda su vida atrás para emprender un viaje de más de 300 kilómetros para perseguir su sueño de ser cocinero. Llegó a la capital vizcaina muy entusiasmado y con muchas ganas de empaparse de la gastronomía vasca.

Para conseguirlo trabajó a destajo. Ese amor por Bilbao le convirtió en ilustre, un reconocimiento que para alguien que no nació aquí es el mayor homenaje ya que durante toda su vida se ha sentido muy ligado a esta tierra.

Un viaje único

En esta dirección y después de todo lo que aprendió de Bilbao en sus primeros años aquí, se propuso devolver a la capital vizcaina todo lo que había aprendido a hacer, algo que le ha hecho cerrar su trayectoria expresando un orgullo extremo. Un viaje que el mismo Daniel García califica como único y el mejor que ha hecho en toda su vida.

Con una marcada línea gastronómica, el cocinero ha procurado durante toda su trayectoria que no se mezcle el mundo laboral con el personal manteniendo a su familia al margen de un oficio que puede llegar a ser tan estresante como lo es la cocina.

En los momentos de mayor estrés, su mejor terapia a lo largo de muchos años ha sido la de subir al Pagasarri. De hecho, le ha ayudado a resolver muchos conflictos internos que podía tener, alguna batalla gastronómica.

Un futuro con ilusión

El hecho de subir al monte le ayudaba a despejarse y a ver la vida con otros ojos buscando respuesta a preguntas que hasta entonces no la tenía. También era un momento para pensar en la cocina, en nuevas elaboraciones, buscar alguna manera de mejorar -si acaso fuese posible- la carta que ofertaba a sus comensales.

Cuando se encontraba en la cúspide dándole vuelta a todas esas ideas y encontraba alguna o varias respuestas, el camino de vuelta al restaurante lo hacía con el deseo de meterse en la cocina y dar salida a todas esas ideas que se le habían ocurrido.

Como cualquier trabajo que se deja por decisión propia después de muchos años trabajando, para Daniel García es el momento de mirar con ilusión el futuro, de pensar en la familia, en la gente que le rodea y poder tener tiempo para compartir.

Éxito

A lo largo de su trayectoria, ha hecho muchas amistades que a día de hoy mantiene y que aprovechará este descanso para pasar más tiempo con ellas y ellos. De la misma manera, seguirá sumándose esporádicamente a los fogones cuando vaya a algún txoko.

El restaurante Zortziko ha sido un emblema de Bilbao durante muchos años. La estrella más longeva de Bilbao ha colgado la chaquetilla que cogió cuando era un adolescente con ilusión y ganas. Una combinación perfecta que, con mucho trabajo, le ha llevado a Daniel García por una vida llena de éxitos.