El Ayuntamiento de Bilbao ya tiene contratada una asistencia técnica para modificar este mismo año su Plan General de Ordenación Urbana. Entre otras cuestiones, el objetivo es limitar aún más los pisos turísticos en la ciudad, aunque sea de forma preventiva. “Bilbao es el municipio con la normativa más restrictiva de la CAV”, ha recordado durante el pleno de este jueves Asier Abaunza, concejal de Planificación Urbana, Proyectos Estratégicos y Espacio Público, quien ha detallado que están dispuestos a tomar más medidas si bien “ni es un problema ni estamos en una situación de turistificación de la ciudad”. En ese sentido, el edil ha afirmado que la capital vizcaina cuenta con 11,6 plazas de viviendas turísticas por cada 1.000 habitantes.  

De esa forma, con la abstención de los grupos de la oposición, el equipo de gobierno ha aprobado una enmienda de modificación realizada a la proposición de la Asociación Vecinal Bihotzean del Casco Viejo, que solicitaba una moratoria a la implantación de los pisos turísticos en la ciudad. Así, Abaunza ha recordado que se trata de una actividad que no está sujeta a licencias municipales, por lo que no pueden ordenar moratorias. Lo que sí estará bajo la jurisdicción del Ayuntamiento, una vez que se modifique el PGOU, será solicitar que aquellas viviendas que se registren cumplan con el ordenamiento presente y futuro. “Pero no hay una suspensión de licencias, porque no las damos”, ha aseverado.

Cabe recordar que el Consistorio ya llevó a cabo una reforma en su normativa para limitar el número de viviendas turísticas en 2017. De esa manera, desde que se llevó a cabo dicha modificación del PGOU, en la capital vizcaina solo está permitido el establecimiento de viviendas turísticas en la primera planta de los edificios residenciales o en las plantas inmediatamente inferiores a las destinadas a viviendas. Esa restricción es aún mayor en el Casco Viejo y el Bilbao La Vieja, donde solo se permite un uso turístico por edificio. Sin embargo, esta actividad ha seguido creciendo en Bilbao y, este jueves, ya son 968 las viviendas turísticas censadas de forma oficial en el registro del Gobierno vasco, donde se tramitan las altas y las bajas. 

Por ello, el equipo de gobierno municipal se ha mostrado abierto a profundizar en otras vías para abordar este fenómeno que incide directamente en el acceso a la vivienda. Sin embargo, Xabier Ochandiano, concejal de Desarrollo Económico, Comercio y Empleo, ha insistido en que hay que poner el problema en contexto. “Una cosa es la reflexión y otra la demagogia y la virulencia de un relato que no se ajusta a la realidad”, ha afeado a la asociación vecinal. “Las viviendas turísticas suponen un 0,68% con respecto a parque de viviendas de Bilbao. En el caso del Casco Viejo, un 1,33%, y en Abando, un 1,04%”, ha apuntado el edil, residente en el casco antiguo de la ciudad, que no se ha sentido identificado con la imagen proyectada por la asociación vecinal. Por otro lado, Ochandiano ha reiterado que siguen estudiando con el Gobierno vasco la implantación de una tasa local de turismo. “No se dedicará a la promoción de turismo, sino a inversiones en la ciudad en los barrios que tengan una mayor carga turística”, ha puntualizado. 

"GENTRIFICACIÓN" DEL CASCO VIEJO

Además de denunciar el proceso de “gentrificación” iniciado en el Casco Viejo hace años, Eritz Mendizabal, portavoz de Bihotzean, ha manifestado que “se han estado desviando casas al mercado turístico reduciendo la oferta para las vecinos y aumentando los precios de los alquileres” a través de plataformas como Airbnb o Idealista. Y además del crecimiento de las viviendas turísticas que se lleva a cabo dentro de la legalidad, ha censurado la “descontrolada cantidad de viviendas turísticas ilegales”. En ese sentido, Ochandiano ha agregado que hay un reglamento europeo aprobado mediante el que las plataformas, habitualmente “opacas” en cuanto la información que ofrecen, van a estar obligadas a “comunicar exactamente dónde están los pisos turísticos y si cumplen con la normativa”. En cualquier caso, ha recordado que el Gobierno vasco, competente en el control de las actividades irregulares, ha llevado a cabo 1.117 inspecciones y ha abierto 376 expedientes sancionadores. 

FALTA DE CONTROL

Y es que una de las críticas más repetidas por los grupos de la oposición ha sido en relación al que consideran un control insuficiente de una actividad fraudulenta. Según Xabier Jiménez, concejal de Elkarrekin Bilbao, “la plataforma AirDNA, especializada en el sector, cifra en 1.970 la cantidad de viviendas y habitaciones turísticas que se ofertan en Bilbao, de las cuales 749 serían de carácter irregular, cerca de un 40% de la oferta”. Por ello, ha afirmado que “las regulaciones laxas tienen consecuencias importantes” y ha instado a “poner en marcha medidas de inspección municipales”.

En la misma línea, Esther Martínez, portavoz del Partido Popular, ha censurado que el número de inspectores sea el mismo cuando la oferta ha percibido un aumento tan grande y ha desaprobado “la falta de diligencia por parte del Gobierno vasco que no está cumpliendo con las competencias que tiene en esta materia”.

Por su parte, desde EH Bildu, la concejala Garazi Perea ha criticado el modelo de ciudad que, a su juicio, está promoviendo el Ayuntamiento. “El turismo para ciertos barrios de esta ciudad se está convirtiendo en una carga para vecinos y no está revirtiendo de una manera justa y equitativa. Hay más opción a comprar un imán de un caganer para la nevera que comprar fruta de temporada”, ha evidenciado antes de afirmar que “hay más oferta de vivienda turística que de pisos en alquiler”.