Es la consecuencia natural de tanto planeamiento, proyectos, planos y reparcelaciones. Tras la crisis económica primera y de la pandemia después, la isla de Zorrotzaurre ha emprendido a toda máquina la construcción de su gran parque de viviendas. Su hoja de ruta prevé que sumen al final de la actuación casi 5.500 viviendas, de las cuales la mitad se promueven bajo el régimen de protección pública. Incluidas en la operación urbanística de Zorrotzaurre, una buena parte de estas residencias ya están habitadas en la margen derecha del Canal de Deusto, y es ahora cuando la isla toma protagonismo.

En estos momentos, la iniciativa privada tira del carro con la construcción en diferentes fases de un total de 678 viviendas al unísono tanto en la punta norte de la isla, entre los barrios de Zorrotza y Elorrieta, como en el extremo opuesto del sur, flanqueado por Olabeaga y Deusto.

Es esta última área, donde la actividad es más evidente en la actualidad. Hasta en tres solares se esta construyendo viviendas de diferente perfil y desarrollo. Las más avanzadas son los que promueven Neinor en sendas parcelas ubicadas entre las casas históricas de Ribera de Deusto y la calle estrenada el pasado año dentro de proceso de urbanización que lleva a cabo la Comisión Gestora de Zorrotzaurre.

Mirando a la ría

Por un lado, prácticamente ha culminado en altura la estructura de los dos bloques alargados que miran a la ría, suman 25.000 metros cuadrados y acogerán 160 viviendas que miran a la ría en forma escalonada que van de las cinco plantas en su fachada más cercana a la orilla hasta los ocho niveles en la zona opuesta. Uno de los inmuebles albergará 88 viviendas y el otro 72.

Ambos bloques pivotarán sobre una plaza interna a la que el resto de los vecinos de la zona también podrán acceder. Los bajos cuentan con zonas de asueto particulares, las más altas son áticos y todas cuentan con terraza. El sótano, común a los dos bloques, tiene capacidad para 212 plazas de garaje y 160 trasteros, repartidos en dos plantas bajo rasante. En la planta baja que acoge ambos edificios, se distribuyen los cinco portales de acceso a las viviendas, un gimnasio y los cuartos de bicicletas.

Las viviendas que se levantan en este solar RD-1 en un principio iban a ser vendidas en el mercado libre pero la promotora cambio de opinión e irán destinadas directamente al alquiler. Es la fórmula de construir para rentar, una iniciativa al alza ante el cambio de tendencia que se está dando en el mercado inmobiliario.

El otro edificio, en el que Neinor va a invertir 35 millones de euros, es el que se ubica en la parcela RD-5 colindante con la desaparecida Casa de la Palmera y cuyo esqueleto de hormigón estará finalizado en unas semanas.

En esta ocasión la apuesta residencial es la mitad, 80 viviendas, estas sí de venta libre, que bajo el epígrafe comercial de Zorrozaurre Homes ofrece pisos todos exteriores de dos y tres dormitorios en dos edificios, uno de ellos con forma de H en su planta, que cuentan con siete y seis plantas de altura respectivamente. Todos tienen doble orientación y también amplias terrazas a la Ría. Aquí el caché es superior ya que los residentes podrán disfrutar de piscina con zona solárium en la azotea que existe en uno de los dos bloques, cuarto para bicicletas y cargador de coche eléctrico en cada parcela de garaje.

En la primera semana de mayo quedaban por vender siete viviendas, según indicaba la página web de la promotora, en precios que van desde los 371.000 a los 578.000 euros. Todo el complejo cuenta con planta baja prevista para locales comerciales.

El tercer solar activo en la punta sur es el que acoge Zorrotzaurre Atea, una promoción de 33 viviendas de 2, 3 y 4 dormitorios en régimen de cooperativa que en estos momentos acomete la construcción de los muros pantalla necesarios para excavar los cimientos de los edificios que la componen.

Es el último proyecto en marcha, cuyas residencias están ya todas vendidas, y que se levanta al lado de la desaparecida Casa de la Palmera, en linde con la última promoción de Neinor mencionada. Una obra auspiciada por la gestora Biurban en el solar RD-7 que tenían previsto haberse iniciado el pasado año pero que por diversas circunstancias su arranque se ha retrasado hasta enero último.

Los trabajos van a alumbrar dos edificios colindantes con planta en forma de ‘H’, uno de siete alturas y otro de cuatro, con amplias terrazas que albergarán zonas comunes como solarium o piscina, elementos estos últimos que ya se están convirtiendo en una costumbre en las últimas promociones de venta libre.

Los más avanzados

Y del tajo menos adelantado al que estará concluido para este otoño. Hay que desplazarse al otro extremo de la isla, a la punta norte, donde se ultima la primera promoción que arrancó de la mano de Jaureguizar levantando tres torres en los aledaños al puente nuevo que une Zorrotzaurre con San Ignacio. Los tres inmuebles de 12, 11 y 10 alturas están compuestos por 173 pisos de protección oficial en régimen de cooperativa que tenían que estar ya ocupados después de cubrirse toda la oferta al poco de salir al mercado.

Sin embargo, los primeros vecinos del nuevo Zorrotzaurre no tendrán sus llaves hasta otoño próximo debido a un parón de casi un año en las obras después de que la promotora, bajo el paraguas del grupo Urbas que la adquirió el pasado año, decidiera incrementar el precio de la construcción a los cooperativistas como consecuencia del alza de precios en materiales y mano de obra.

Superado el conflicto entre las partes, el tajo se reanudó el pasado mes y ya se centra en todos los interiores de los bloques más sencillos de los que se encuentran ahora en ejecución en la isla. A pesar de ello son los primeros en contar con suelo radiante para viviendas de VPO, una forma de calentar las estancias sin colocar los tradicionales radiadores, y contarán con diversas acciones pasivas como fachada ventilada, vidrios especiales en las ventanas y calefacción por aerotermia.

Todas estas características que mejoran el perfil medioambiental de las viviendas, además de otras muchas más, tendrán los dos bloques cercanos a los descritos que también Jaureguizar está levantando a toda velocidad en la punta norte. Son otras dos torres de 13 y 14 pisos de altura conectados, una de ellas conformada con planta en ‘H’ alargada que parece que sean dos edificios, y la otra una construcción exenta. En total, albergarán 233 pisos, la mayor promoción hasta la fecha en la isla. Los trabajos se iniciaron en agosto de 2021 y en la actualidad uno de los edificios está a punto de culminar su estructura de hormigón mientras que el segundo ha levantado hasta la sexta planta.

El solar RZ-5 donde se levantan albergará a su vez una gran zona ajardinada que conectará toda la promoción y a la que tendrán salida algunas de las viviendas que todavía están por vender. Según la página web de la promoción restan solo una decena por comprar, tres de ellas a ras de suelo, siendo la más barata de algo más de 210.000 euros y 60 metros cuadrados de superficie. La vivienda más cara a la venta es un segundo piso de casi 66 metros cuadrados, algo más de ocho m2 de terraza y un coste 267.156 euros.

Una promoción que Jaureguizar no espera que tenga problema alguno de parones por lo que prevé que para el verano del próximo año los vecinos puedan entrar a ocupar sus residencias.

Inicio en la punta sur

Y otro proyecto más este año

Visesa. Si los planes no se retrasan al conjunto de solares en obras se unirá otro este año auspiciado por Visesa, la sociedad de promoción de la vivienda dependiente del Gobierno vasco. Será en el solar RD-3 que fue vendido por la sociedad a la promotora Amenabar por ocho millones de euros con la intención de construir 117 viviendas de precio tasado. Se distribuirán en dos edificios, uno lineal, el otro con planta en forma de H, mirando ambos en sus fachadas estrechas hacia la ría. La ubicación de estos bloques es colindante a los de la promoción de Neinor más avanzado y por detrás de un conjunto de cuatro casas histórica de la Ribera de Deusto.