Quedaba media hora para que Olentzero, Mari Domingi y su cuadrilla desfilaran por Bilbao, pero la Gran Vía ya estaba hasta los topes. Miles de niños y niñas se agolparon también en Moyua, frente al Hotel Carlton, para saludar al Olentzero y a Mari Domingi antes de que comenzaran su tradicional kalejira por la Gran Vía hasta llegar al Teatro Arriaga. Algunos esperaban a Olentzero “un poco nerviosos”, otros “un mucho”, y es que este domingo es, probablemente, el día más emocionante para la gran mayoría de los txikis. Por ello, durante la tarde del sábado quisieron darle tanto a él como a Mari Domingi y a toda su cuadrilla una calurosa bienvenida a Bilbao y recordarles que este domingo noche les esperaban en casa.
Aunque la kalejira comenzó a las 18.30 horas, hubo quien bajo antes para coger un buen sitio. Fue el caso de Mikel, un bilbaino de 5 años que según aseguraba su aita “hubiera bajado hasta tres horas antes para poder ver bien a Olentzero”. “Yo también estoy un poco nervioso por verle, pero hace frío para estar tanto tiempo en la calle quietos”, le decía su aita, Jaime Hurtado. A lo que este le respondió, muy serio: “Tú un poco, pero yo un mucho, aita. Estoy muy nervioso y quiero que me oiga bien lo que quiero”. Aunque Olentzero y Mari Domingi siempre están muy pendientes de los deseos de los txikis, en la kalejira de este sábado les acompañó el Herensuge Gutu, un dragón mitológico vasco que junto con algunos galtzagorris recogió los deseos de última hora hora y las cartas extraviadas.
Gutu fue el último en llegar al Teatro Arriaga, y es que, antes que él, recorrieron la Gran Vía Olentzero sobre su pottoka, Mari Domingi en su oca, Basajaun en su triciclo, Llamía en su pértiga rodeados de decenas de galtzagorris y tres luciérnagas gigantes. Las caras de los txikis viéndoles pasar no dejaban lugar a dudas: la magia había inundado la principal arteria bilbaina. Hubo tiempo de saludar a gritos a toda la cuadrilla y también de bailar, porque al grupo Gaztedi este sábado se le sumó Salbatzaile Dantza Taldea, al que acompañaron diferentes personajes del folklore vasco y Marikastaña, un personaje que ha fusionado a la diosa Mari de la mitología vasca, una amama cariñosa, y un castaño antiguo.
A los galtzagorris les acompañó este sábado Galtzagorri Nagusia, el mayor de todos ellos, que estuvo a cargo de que todo estuviera en orden y de que toda la cuadrilla desfilara como bien habían ensayado en tantas ocasiones. Todo salió como estaba previsto: los bailes acompasados, la música a tono y la magia en cada rincón. “¡Kaixo Olentzero!”, gritaban los niños y niñas esperando que este les saludara. Y vaya si lo hizo, no dejó de lanzar besos y saludar en todo el recorrido. “Me ha mirado y me ha dicho agur, eso es que ha leído mi carta y sabe quien soy”, decían emocionados los más txikis.
LA RECEPCIÓN, EL DOMINGO
Después del gran desfile de este sábado, Olentzero y Mari Domingi recibirán durante el domingo a la mañana a los más txikis de Bilbao en el Teatro Arriaga, donde han pasado dormido cogiendo fuerzas para repartir regalos por todas las casas esta noche. Desde las 11.00 horas hablarán con los niños y niñas que se acerquen hasta allí y escucharán sus deseos de última hora para que nadie se quede sin su regalo más esperado. Y para amenizar el tiempo de espera, la plaza del Arriaga se llenará de talleres, juegos, música y habrá hasta un espectáculo de teatro infantil.