El típico juguete que se resiste, croquetas para congelar, un detallito para el amigo invisible... Quien más quien menos se ha echado este fin de semana a las calles de Bilbao para ultimar los preparativos navideños. No en vano falta menos de una semana para la visita de Olentzero y, aunque hay quien prefiere evitar las aglomeraciones y deja todo bien atado con antelación, es habitual que las bolsas de las principales marcas se paseen estos días por la Gran Vía bilbaina, sobre todo las tardes del fin de semana.

Este viernes y sábado fueron especialmente complicados para aquellos que aún no habían comprado los regalos. Ayer desde primera hora de la mañana la afluencia de clientes fue muy grande en las tiendas y era frecuente cruzarse con viandantes que llevaban al menos tres bolsas en la mano. Siempre hay quien deja todo para última hora y se tiene que recorrer del tirón los comercios.

María Extramiana, una joven gasteiztarra, decidió acercarse a Bilbao para hacerse de una vez por todas con los regalos. “He tenido que venir aquí porque en Gasteiz la mayoría de las tiendas están cerradas. Voy a aprovechar todo el día porque aún no tengo nada que dejar debajo del árbol”, afirmó. Anticipándose a las dificultades para acceder al centro de la ciudad y encontrar aparcamiento, estacionó en un parking privado en Deusto. “Además de las fechas en las que estamos, me he dado cuenta de que también juega el Athletic, por lo que he sido precavida”, comentó. En casa de María son cuatro, contando a sus dos hijas, por lo que recurren a escribir la tradicional carta para facilitar la tarea de seleccionar y adquirir los regalos. A través de ella las txikis dejan por escrito lo que quieren que les traigan estas navidades tanto Olentzero como los Reyes Magos.

Aunque puede parecer una tarea sencilla, la búsqueda de regalos es algo que se puede alargar mucho en el tiempo. Esto es algo que comprobaron de primera mano Rosamari Rodríguez y Pedro Díaz. Este matrimonio confesó que no había empezado a comprarlos hasta este fin de semana: “Vamos a piñón fijo, escribimos cada uno su carta y eso es lo que recibimos el día de Navidad. En casa somos tres, aunque luego siempre hay más familia a la que regalar, como primos y sobrinos, y ahí es cuando la cosa se complica”.

Las bolsas inundaron las principales calles de la capital vizcaina Oskar M. Bernal

Sin embargo, sí que han sido previsores a la hora de ir adelantando las compras de la comida para la cena de Nochebuena, como el pescado congelado, ya que ambos trabajan y prefieren no dejar los ingredientes del menú para el final.

Como ellos, muchos vizcainos priorizan la compra de la comida a la de los regalos, posiblemente por el miedo a que los precios se disparen en los días previos a las fiestas. Diciembre siempre es un mes complicado para los bolsillos, pero lo es aún más en un año en el que la inflación ha estado presente más que nunca en los hogares vascos. Tanto es así que un estudio realizado por el Observatorio Cetelem determina que el gasto medio previsto para estas navidades en Euskadi se sitúa en 589 euros, lo que supone un 14% menos que el año anterior en estas fechas, cuando llegaba a los 681 euros.

Esto no ha hecho que se dejen de ver colas en los locales más buscados en esta época. Las croquetas de Lautxo o el delicioso bacalao de Eguino son solo algunos ejemplos de las delicias que esperarán en nuestros platos dentro de pocos días.

Decenas de personas hicieron cola en Lautxo. Oskar M. Bernal

Elena García fue una de las primeras en acercarse a las puertas de Lautxo para hacerse con sus tan deseados manjares. “Vengo a por croquetas y mejillones porque en mi casa son indispensables, nos encantan a todos. Las voy a congelar porque he visto que ya ha habido colas durante estos últimos días y he querido venir pronto. Aun así he tenido que esperar”, afirmó. Tras su visita a Lautxo, el plan de Elena era ir al Mercado de la Ribera para comprar pescado fresco y así tenerlo preparado para el gran día.

No fue la única que pensó así, ya que la plaza estaba a reventar desde primera hora de la mañana. La mayoría de pescaderías y carnicerías presentaban una fila de personas que aguardaban su turno tanto para comprar la comida que servirán en sus casas en Navidad como para echar un ojo a los precios, con la vista puesta en los próximos días. Tal y como advirtieron desde la pescadería Javi y Luis, la demanda de algunos productos está subiendo, sobre todo del calamar fresco y de la merluza. “De momento estamos tranquilos, aunque esperamos que el jueves la venta se dispare. La gente suele dejar el marisco para última hora”, comentaron.

Algo parecido afirmó la responsable de la marisquería Jerusalen: “El que no se ha llevado ya para congelar espera a los últimos días. A la gente le da miedo que la comida se le estropee, pero el marisco aguanta en buenas condiciones bastante tiempo. El caracol aguanta hasta dos semanas si está vivo y la almeja o el mejillón pueden durar cinco días en el frigorífico”, detalló.

Cada uno tiene su estrategia para hacerse con los regalos y llenar sus mesas de la manera más fácil y al mejor precio posible. De lo que no hay duda es de que las navidades ya han arrancado y no hay más que salir a la calle para comprobarlo. Luces a todo color, adornos navideños en cada esquina y colas en los comercios. Los bilbainos ya están listos para recibir a Olentzero como se merece.