Según recoge el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la palabra comerciar tiene dos significados. El primero es “dedicarse a la compraventa o el intercambio de bienes o servicios”. El segundo, señala, “dicho de una persona: Tener trato y comunicación con otra”. La primera de las acepciones “dedicarse a la compraventa o el intercambio de bienes o servicios” es por todos compartido. Practicamos a diario el comercio cuando vamos a la compra, entramos en una tienda, nos tomamos un café en un bar o vamos a cenar con la cuadrilla a un restaurante. Realizamos, sin saberlo, decenas de transacciones a diario. La segunda acepción que recoge la RAE –“dicho de una persona: Tener trato y comunicación con otra”–, en cambio, sorprende más porque su utilización ha caído en desuso. Y resulta curioso, sin embargo, que son ambos significados los que se han reconocido este año en la décimosexta gala de los Premios al Comercio. Porque quienes recogieron un galardón más que merecido no solo se dedican a la compraventa o el intercambio de bienes y servicios a diario. Son también estas mismas personas las responsables del trato y comunicación con quienes acudimos a sus establecimientos. Y es ahí donde radica el quid de la cuestión. Es ese trato, esa comunicación, esa atención la que marca la diferencia, la que hace decir “Yo elijo Bilbao”. Vivimos un tiempo en el que estamos recogiendo las consecuencias de lo que hemos padecido a raíz de la aparición de la Covid-19. La dureza de la pandemia nos llevó a un aislamiento personal para el que, en muchas ocasiones, no teníamos herramientas para hacerle frente a nivel emocional. Nada nos hacía prever ni lo que padecimos ni lo que llegaría después. Todavía –y se perdurará en el tiempo– son visibles los efectos de unos confinamientos que nos salvaron la vida, sí, pero que dejaron huella en el interior de muchas personas. Por eso, la cercanía, el trato, el calor que la sociedad recibe cuando traspasa la puerta de los cientos de negocios que dan vida a Bilbao es hoy tan valiosa. Ya lo era antes y lo es más ahora, en un tiempo en el que recuperar el contacto para hacer sociedad. Zorionak a premiados y no premiados por ser comercio en todos los sentidos de la palabra. Yo elijo Bilbao. Nik Bilbao aukeratzen dut.

Directora de DEIA