El Peñaskal está cada vez más cerca de convertirse en un nuevo barrio. El Ayuntamiento de Bilbao aprobará de forma definitiva este mes, en el pleno municipal que se celebrará la próxima semana, el plan especial para regenerar esta zona alta, que supondrá el derribo de 223 viviendas y la construcción de otras 218 en una de las mayores operaciones urbanísticas de Euskadi.
En poco más de una década, el Peñaskal será un barrio completamente distinto; los numerosos problemas de habitabilidad y accesibilidad que presentan hoy en día sus viviendas darán paso a la construcción de nuevos bloques que cambiarán por completo su orografía, incluyendo también espacios libres y zonas verdes.
Ha sido un proceso largo, en el que se ha querido priorizar la opinión de los vecinos. Ellos fueron los que eligieron, entre las tres opciones planteadas, cómo querían que se fueran las nuevas urbanizaciones. Tras la aprobación inicial, el proyecto fue sometido a exposición pública y ahora le toca el turno a su visto bueno definitivo.
Esa aprobación definitiva se elevará al pleno municipal que se celebrará el próximo jueves 30. Desde su aprobación inicial el pasado mes de marzo, el Ayuntamiento ha recibido varios informes sectoriales, entre ellos uno de la Agencia Vasca del Agua (URA) que establece dos condiciones para llevar a cabo el plan especial, según ha explicado este miércoles el concejal de Obras Públicas y Servicios, Kepa Odriozola. Por una parte, se debe recoger el trazado de las dos escorrentías que no fueron identificadas en la aprobación inicial y, por otra, establecer una zona de servidumbre en todos sus cauces. Como consecuencia, los edificios "cambian ligeramente de posición para separarse de la regata".
Alegaciones ciudadanas
Se han recibido, además, cinco alegaciones: tres por parte de dos particulares, una cuarta una comunidad de propietarios y la quinta es de la Asociación de Familias de Iturrigorri-Peñaskal. Las tres primeras han sido desestimadas, se ha estimado parcialmente la de la comunidad de propietarios y en su totalidad la de la asociación.
El nuevo diseño del barrio concentrará la mayoría de las viviendas en la ladera oeste, en ocho bloques: uno de cinco plantas, otro de cuatro, cinco de siete plantas y uno más de ocho, situado al sur. También se levantarán dos bloques más al este, de cinco y cuatro plantas, ajustados a la altura de los edificios colindantes para tapar medianeras y reducir así los gastos de mantenimiento.
En total, se derribarán 223 viviendas -de 83 portales o edificios unifamiliares- y se construirán 218 pisos nuevos y 242 plazas de garaje.
También se reservarán 1.350 metros cuadrados de suelo para futuros equipamientos públicos y 7.870 más para espacios libres y zonas verdes, priorizando la movilidad peatonal y generando nuevos espacios públicos y plazas. Y para evitar el efecto isla de calor se plantará arbolado y vegetación, y se devolverá a las laderas su estado natural.