Históricamente las intenciones de los políticos responsables de la llegada del TAV a Bilbao a la hora de dar una fecha siempre han sido muy voluntariosas. Y esto ocurre desde los años 90 del pasado siglo en que se empezó a diseñar el trazado de la famosa ‘Y’ vasca y su llegada a las tres capitales de la CAV. La última fecha que aporta la hemeroteca para el estreno de los andenes soterrados de Abando es 2028 y evidentemente no se va a cumplir ni en los sueños más posibles.

Los plazos cantan. Ateniéndose a los 60 meses que Idom tiene a partir de octubre próximo (una vez se certifique el contrato) para redactar los proyectos de construcción, el plazo se va a finales de 2028. Cubierta esta tarea quedará por delante la licitación de las obras propiamente dicha, un proceso que se prolongará por lo menos un año más.  En el mismo periodo se incluye el plazo de presentación de ofertas, su estudio técnico, que será prolongado por lo complejo de la infraestructura, y la adjudicación posterior. 

Ejecución de ETS

Aunque este proceso sea llevado a cabo por Euskal Trenbide Sarea (ETS), el gestor ferroviario del Gobierno vasco, después de que se acordara con el Ejecutivo de Madrid que mediante encomienda ETS fuera el ejecutor, y se dé toda la prisa posible, los plazos y procedimientos públicos implicarán que siendo muy optimistas hasta el 2030 no se daría inicio a los trabajos en Abando. 

Cuando Idom concluya los proyectos constructivos será cuando se concrete el tiempo que se prolongarán las obras propiamente dichas pero seguro que rondará entre los tres y cuatro años. Y es que los trabajos no van a ser nada fáciles tanto por su amplia zona de actuación como por el hecho de que se van a tener que planificar muy bien los tajos en diferentes fases. La causa es que mientras se prolongue la creación de la nueva estación soterrada se va a seguir dando servicio ferroviario a los viajeros que en esos años utilicen las Cercanías de Renfe u ocupen los trenes de mediano recorrido.