Los primeros festivaleros llegan a la explanada de San Mamés a por la acreditación que será la llave para vivir tres días de ensueño en el Bilbao BBK Live. A pesar de la emoción, la gente no ha podido sortear las primeras colas aunque destacan la rapidez de las mismas. "La fila va super rápido y todo va como una seda. No tarda ni diez minutos", señala Marina que ha venido de Barcelona con sus amigas de la universidad. Al mediodía la cola no era excesivamente larga y todos los usuarios han destacado su rapidez y agilidad. Una veintena de vallas en forma de zigzag determina el camino que el público esta respetando y que con paciencia en unos minutos les conducirá al festival.

Además, algunos asistentes indicaban su emoción al entrar al campo de San Mamés "aunque había un biombo he podido ver algo de La Catedral" decía José que ha venido desde Valencia en compañía de sus amigos y que se ha quedado con ganas de realizar el tour en otra ocasión.

Miles de festivaleros esperan con paciencia a la hora recogida de acreditaciones en San Mamés para asistir al Bilbao BBK Live Oskar Gonzalez

Buen ambiente

Muchos asistentes indican que llevan años viniendo "nosotras ya no miramos ni el cartel nos basta con el ambiente", decía Marta que ha venido con un numeroso grupo de amigos desde Galicia. Por el contrario, otros asistentes destacan "la magia" de Florence + The Machine u otros artistas como Arca o M83 a los que "no se piensan perder". A la hora de preguntar sobre el alojamiento hay de todo: desde camping hasta hotel o gente como la bilbaina Maite que esta decidida en acoger a todos sus amigos de Sevilla en casa. Sobre el viaje a Bilbao también hay distintos métodos, pero el más particular ha sido el de Héctor que no ha dudado en alquilar un coche y ponerlo en BlaBlaCar. "No sabemos si no volveremos a cruzar o no en el festival" señala. Una vez recogida la acreditación solo queda coger el autobús o, por el contrario, sumarse a la nueva iniciativa del festival relacionada con la sostenibilidad y subir andando a cambio de un obsequio.

Público de todos los lugares y edades es visible en las inmediaciones de San Mamés a la espera de vivir unos días emocionantes donde destaca el buen ambiente y una buena organización. Solo toca esperar con un poco de paciencia para que Kobetamendi retumbe los amplificadores y se transforme, por un año más, en el templo musical que estamos acostumbrados a ver. Faltan horas.