El edificio residencial más alto de Euskadi ya tiene quien retome su construcción, para tranquilidad de los socios cooperativistas de la Torre Anboto, el rascacielos cuyo esqueleto desnudo se alza poderoso en la zona de Garellano, en Bilbao. Finalmente será VUSA la firma elegida por ellos para acometer todos los trabajos que quedan por ejecutar. Y son muchos; la mayoría en realidad. Los más visibles son los trabajos exteriores ya que habrá que levantar casi otro tanto: 17 plantas más, hasta llegar a las 35 previstas en el proyecto. Pero es que luego vendrían los trabajos de los gremios en interior: fontanería, albañilería, carpintería metálica, electricidad, domótica… 

Un auténtico laberinto de planos, croquis y dibujos que volverán a ser desplegados en las mesas de trabajo a pie de obra en el plazo de tres o cuatro semanas, según las primeras estimaciones. El propósito es que los trabajos arranquen cuanto antes para no sumar más retrasos a las previsiones que tenían comprometidas las 162 personas cooperativistas. Así lo han transmitido los responsables de esta nueva empresa constructora al Grupo Arrasate -gestora de la cooperativa Anboto Dorrea- y a todos ellos en el transcurso de la Asamblea General Extraordinaria celebrada ayer a la tarde en la capital vizcaina.

Vista de Anboto Dorrea, cuyas obras serán retomadas en el plazo de unas semanas. Borja Guerrero

Los propios socios han sido quienes se han decantado por la propuesta de esta veterana constructora de Galdakao. En términos generales les ha parecido más ajustada a las necesidades y obligaciones que deberán ser resueltas en el menor periodo de tiempo posible para rematar la faena. En principio, tal y como ha podido saber DEIA, se estima que sean 17 meses desde que se reanuden las obras, lo que podría ocurrir en unas semanas, “seguramente en junio ya”, aportaron fuentes conocedoras del proceso llevado hasta la fecha. Otro de los factores que ha decantado la balanza en favor de esta oferta -había cuatro, aunque Sacyr y Dragados se retiraron finalmente- ha estado vinculado al dinero; en concreto a la cantidad extra que tendrán que abonar los propietarios para que sus viviendas sean terminadas en las condiciones acordadas, aunque no sean las originales.

Será una cifra inferior a los cinco millones de euros pasados que Construcciones Urrutia -la empresa que abandonó en febrero los trabajos de esta quinta torre de la operación urbanística de Garellano- pidió a los socios cooperativistas para continuar con el tajo; pero tampoco estará muy alejada de los 30.000 euros de media por piso teniendo en cuenta que el proyecto contempla un total de 164 viviendas de las que únicamente quedarían sin vender dos dúplex, correspondientes a las plantas 34 y 35, precisamente.

“Que las grúas empiecen ya”

De hecho, el componente económico -y financiero- ha sido decisivo en el pronunciamiento de los socios durante esta última Asamblea General Extraordinaria, otra más a la que han asistido los cooperativistas desde que hace ya más de un mes fueran paralizadas las obras en este rascacielos residencial que se alzará hasta los 120 metros de altura en esta zona de Bilbao, en transformación urbanística continúa desde hace ya unos cuantos años. Así lo expresaban fuentes cercanas al proceso negociador vivido a lo largo de estas últimas semanas: “Todo son estimaciones, pero solo queremos que las grúas empiecen otra vez a funcionar y ver movimiento”, describían a la conclusión .

Con todo, los socios cooperativistas pagarán más de lo contratado, pero menos de lo que pedía la anterior empresa constructora, la alavesa Urrutia. Los pisos en cuestión oscilan entre los 300.000 euros y el millón de euros para las viviendas superiores de alta gama. En virtud a los datos que manejan los propios socios cooperativistas, la obra pendiente de ser ejecutada tiene un coste de 27,89 millones de euros; una suma cuantiosa si se tiene en cuenta que el contrato cerrado y firmado con la firma que ha abandonado este proyecto emblemático -y otros más en distintos puntos de la villa y de la geografía vizcaina y vasca- era de 36 millones de euros.

Según adelantó DEIA, el primer planteamiento que VUSA ya propuso a los responsables del Grupo Arrasate hace unos días incluso era menor -por 160.000 euros- a los 27,89 millones referidos, pero hay que tener en cuenta que se trataba de una primera oferta y que esta opción no es llave en mano, con lo que el precio final podría variar hasta el final de la construcción.

En todo caso, los vaivenes a nivel mundial en los costes de los materiales y la incertidumbre que desde hace años rodea al propio sector de la construcción alargan la sombra de la desconfianza entre el centenar largo de cooperativistas quienes ya han completado casi todas las aportaciones y transferencias comprometidas en aquel contrato original que ahora, con la entrada de VUSA será modificado.

A este importante contratiempo se sumará el del tiempo, que también está suponiendo y supondrá otro incordio más para un buen puñado de socios cooperativistas, algunos de los cuales ya tenían apalabrada la venta y salida de su antigua vivienda coincidiendo con la entrada en su piso de la Torre Anboto. Los plazos corren y las últimas estimaciones apuntan a que el conjunto de la obra no estaría finiquitada hasta dentro de 17 meses, casi año y medio, desde que empiecen los trabajos, previsiblemente en junio. A esta espera habría que sumar otros dos o tres meses más para permisos y trámites burocráticos obligados en estos casos.