El segundo supermercado social de Bilbao se ubicará en Basurto, completando el servicio que se ofrece ya desde 2018 en Santutxu a las personas necesitadas. Se trata de una iniciativa que trata de evitar las colas que se generan con el reparto de los alimentos, dignificándolos, y unificando en esos dos únicos puntos toda la distribución en la capital vizcaina.

El Ayuntamiento de Bilbao ha aprobado conceder una subvención a Cruz Roja, de 248.800 euros, para que siga desarrollando el proyecto Lagun Gunea: un supermercado social de reparto de alimentos en el que se disponen no solo los excedentes que recoge el Banco de Alimentos, sino también otros productos que necesitan las familias más necesitadas como pañales o papillas.

Derivados desde los servicios de base, los usuarios disponen de una tarjeta de puntas con la que pueden adquirir los productos que necesitan. Lo hacen, además, con cita previa, lo que dignifica el servicio al evitar las colas, y tienen una persona de referencia que les orienta en su situación para ayudarles a salir adelante.

Además, les acompañan para que puedan realizar una compra más equilibrada, ofreciéndoles también recetas para que se puedan cocinar y consumir productos a los que no están acostumbrados, ya que en ocasiones reciben alimentos que posteriormente no saben cómo manipular.

Con este modelo, el Ayuntamiento de Bilbao pretende unificar a través de un proyecto más integral todo el reparto de alimentos en dos únicos puntos: el de Santutxu y el nuevo que se abrirá en Basurto, con un modelo muy similar, aunque no se descarta que se tengan que habilitar más en el futuro.

El Banco de Alimentos, por su parte, cerrará la mayoría de sus puntos de reparto –actualmente presta servicio desde una docena, en los que atiende a aproximadamente la mitad de bilbainos que no acuden al centro de Santutxu–, aunque mantendrá algunos por su buen funcionamiento o porque atienden a personas mayores que tienen más problemas para desplazarse.

El Ayuntamiento de Bilbao seguirá complementando los productos que no lleguen a sus estanterías a través de las donaciones del Banco de Alimentos, logrando así una cesta más equilibrada.