Hay quien tenía este fin de semana marcado en el calendario y las ganas de que llegara se han sentido a pie de calle. Cada uno y una lo prepara como quiere y como puede. Algunos llevan meses; otros, semanas; y muchos, tan solo días de preparación a sus espaldas. Con esto nos referimos a las galas que han lucido los y las vecinas de Deusto, que como siempre son los primeros en coger el testigo de la celebración de los carnavales.

Después de que el ayer la fiesta también hubiera dejado su rastro, hoy se ha llevado a cabo el desfile desde las doce del mediodía. Allí no solo contaba la ropa. Los bailes, los complementos y, en muchos casos, las performance han convertido el barrio en un alarde de imaginación, color y , sobre todo, de simpatía. 

Los y las más madrugadoras han acudido frente a la iglesia de San Felicísimo en torno a las once de la mañana. Algunos hosteleros de esta zona se jactaban de que el sábado “eso había sido un hervidero de patos”. Pero a esas horas, todavía estaba despejado. 

Rebeca, Eva, Izei, Alazne y Julen. Borja Guerrero

Entre los primeros grupos, destacaban unos ciclistas, casi más de treinta. No iban solos. Por supuesto, cada uno con su bici. Asimismo, les acompañaba un equipo de prensa y un coche escoba. Recién salidos del Tour de Francia. “Andábamos un poco justos, porque lo hemos hecho todo en dos semanas”, explicaba Alex, a quien le ha tocado llevar una cámara de cartón al hombro para no perder ni un segundo de la carrera. Todas ellas y ellos eran miembros de Gure Esku Dago, quienes aprovechando que el Tour pasará por Euskal Herria, han sacado la reivindicación del derecho a decidir a la calle y sobre dos ruedas.  

Veinte minutos antes de las doce (hora de comienzo del desfile) el inicio de la avenida Madariaga se veía abarrotada. Comecocos, el Twistter, marcianos, flores, gildas y pizzas con pelucas... Todo ello con bandas sonoras muy diversas entre las que se colaban canciones de Abba, música country pero también sonidos de triki y txistu.

María, Uxue y Gloria. Borja Guerrero

Una vez comenzado el desfile, una cuadrilla puso en duda aquello de que nos encontráramos en Deusto. De blanco, con faja y pañuelo rojo, periódico en la mano nos hicieron creer que estábamos pasando por la curva de Estafeta. Ander, Eneko, Unai, Ainhoa y su cuadrilla se trajeron a la espalda los sanfermines e incluso al propio San Fermín desde Iruña. “Otros años hemos ido de espantapájaros o hemos ido pintando las calles así que este queríamos hacer algo más fácil”, relataban con periódicos en la mano. 

Ander, Eneko, Amagoia, Núria, Ainhoa, Nati, José Luis, Gaizka, Javi y Unai Borja Guerrero

Allí lo extravagante era no ir disfrazado. Ana, Javi y Rosa contemplaban el desfile desde la barrera. Eso sí, vestidos de dragón amoroso e inuits. “Esto es dar vida al barrio. El hecho de que la gente se implique, que se vea que aquí hay movimiento, que esto no es un dormitorio, que aquí hay vida… Es una forma de vivirlo”, reconocía Ana. Ellos se disfrazan desde “que se hicieron amigos y, también, cuadrilla llevando a sus hijos a la ikastola”, detallaban.

Más de una veintena de colectivos han desfilado hasta la plaza San Pedro de Deusto. Bailando, caminando o pedaleando. En cuanto al modo de desplazamiento, los que pudieron improvisar fueron los integrantes del grupo de tiempo libre Gazte Alai, quienes apostaron por la opción de disfrazarse de transportes públicos bilbainos: Bilbobus, Bilboats, Bizkaibus... “Nos hemos organizado durante reuniones desde hace muchos fines de semana, recogiendo cartones y pintándolos”, exponía Paul. Este joven monitor admitía que esta fecha es “para los niños, porque se la toman con una ilusión impresionante”, afirmaba también muy contento. 

La jornada acabó con un concierto de la banda 7kale. Para ese momento, algunos habían preparado unas tortillas para comer y otros, preferían ir de vermú. Pero muchos coincidían en retirarse pronto porque las ojeras se notaban después de la fiesta del sábado. 

Deusto desfila al ritmo del Carnaval

Deusto desfila al ritmo del Carnaval Borja Guerrero