Los derribos del Peñaskal rondarán los 84 bloques y 221 viviendas para renovar de arriba abajo un barrio que cambiará por completo su fisonomía con el objetivo de mejorar las condiciones de habitabilidad y accesibilidad de sus vecinos. El Ayuntamiento de Bilbao ultima estos días el Plan Especial que recogerá el nuevo diseño, con la mirada puesta en tener cerrada su versión provisional esta próxima primavera y aprobarlo de forma definitiva antes de que termine el año.

Será una de las operaciones urbanísticas más importantes no ya de Bilbao, sino de toda Euskadi; en poco más de una década, el Peñaskal será un barrio literal y completamente nuevo, con la construcción de alrededor de 220 viviendas en nuevos bloques que cambiarán por completo la orografía de un barrio que hoy en día acarrea numerosos problemas de habitabilidad y accesibilidad.

A lo largo del mes de noviembre, el Ayuntamiento de Bilbao y el Gobierno vasco han presentado a los vecinos las tres alternativas de diseño que se han seleccionado, para que fueran ellos mismos los que decidieran cuál de ellas quieren que se desarrolle en el barrio. Además de derribar las viviendas que más problemas de accesibilidad plantean y la construcción de nuevos edificios, todas ellas permitirán ganar nuevos espacios públicos y plazas de aparcamiento.

Según explica el director de Planificación Urbana del Ayuntamiento de Bilbao, Javier Martínez Callejo, con este proceso, “previo a los previstos en la legislación”, se ha querido “ver la valoración que hacía la ciudadanía de las tres alternativas que habíamos planteado, conocer su opinión, las aportaciones complementarias que pueden realizar, qué aspectos negativos ven en cada una de ellas… Para que, ahora que estamos redactando el Plan Especial, encontrar la mejor solución posible”.

En total, a las sesiones presenciales que se desarrollaron en el barrio asistieron los propietarios de 118 viviendas, se han atendieron 47 llamadas telefónicas y se solventaron las dudas y peticiones de información de otros 10 vecinos de forma presencial en tres días.

Y, ¿qué han dicho los vecinos? Los problemas de accesibilidad y los de habitabilidad, relacionados sobre todo con la ventilación y la iluminación, son sus principales preocupaciones. Prefieren, además, que los bloques a construir sean más bajos, con lo que sus preferencias se acercan más a la alternativa C que se planteaba desde las instituciones, aunque finalmente el diseño será una “versión compendio” de los tres diferentes planteamientos, al que se unirán las aportaciones de los vecinos. “Uno de los aspectos más relevantes que planteaban los vecinos era reducir la altura de los edificios, tal y como se recogía en esa alternativa, minimizando el impacto en el barrio. Incluía la construcción de más edificios en el barrio, pero de menor altura y una mayor separación entre ellos para que diera más el sol y la ventilación primara en el diseño. Por la propia orografía el barrio, los edificios van a arrojar mucha sombra en el poco espacio público que hay y quieren que gane, en la medida de lo posible, en luminosidad”, ahonda el director.

84 bloques y 221 viviendas

Con todo ello, y aunque aún no está cerrado el diseño provisional del Plan Especial, los derribos afectarán a 84 bloques que suponen 221 viviendas. El Ayuntamiento ha analizado ya todas las aportaciones recibidas por los vecinos y se está trabajando en ese documento. “Estamos rescatando las cuestiones positivas de cada alternativa, solventando los problemas que los vecinos han visto como negativos para alcanzar una solución final”, señala Martínez Callejo.

Se va a buscar, además, una solución para mejorar la accesibilidad de cinco bloques para evitar de esta forma su derribo, tal y como prefieren sus vecinos. “Son edificios que no están mal y quizá se puede buscar una solución con soluciones puntuales de ascensores, aunque tengan que ocupar espacio público, ya que su instalación no es fácil”, explica el director de Planificación Urbana. Y es que, añade, hay vecinos que han mostrado su preferencia por buscar una solución puntual de este tipo, antes de ser realojados en los bloques que se construirán nuevos. Se trata de edificios que están ubicado a pie de calle, no en la ladera, por lo que se podría encontrar una solución para instalar ascensores de los que ahora carecen.

Uno de ellos, sin embargo, sí podría entrar a formar parte, si los vecinos lo consideran adecuado, de los edificios que se derribarán, ya que la opción de instalar un ascensor resulta tan complicada que “sería carísima para la propiedad”.

No es posible todavía conocer el número final de realojos, ya que dependerá de la decisión que tome cada uno de los vecinos. “Puede haber personas que vivan de alquiler y que cuando comiencen los realojos ya no habite en esa vivienda, o quien prefiera recibir el dinero por su vivienda e irse a vivir a otro lugar. Dependerá de la fotografía del barrio en ese momento”, expone.

Una vez que la Junta de Gobierno municipal dé luz verde de manera inicial al Plan Especial, comenzará el trámite previsto en la ley para su aprobación definitiva, ya que se tiene que se tiene que exponer al público para que las partes interesadas puedan realizar alegaciones. Se trata de un documento ya completo que incluirá la normativa, las ordenanzas, el estudio económico-financiero, el plan de etapas...- y que el Ayuntamiento quiere tener listo para esta próxima primavera y presentarlo in situ también a los vecinos en sesiones informativas. También se deberán recopilar informes sectoriales el más importante el de la Agencia Vasca del Agua URA, porque el regato Elguera discurre canalizado de forma subterránea por el barrio. Con todo ello, e incorporando las alegaciones que se consideren necesarias, el Plan Especial pasará a aprobarse de forma definitiva. La intención del Ayuntamiento es hacerlo antes de que termine este año.

En dos fases

Además de la aprobación definitiva del Plan Especial del Peñaskal, todo el proceso para derribar las viviendas debe esperar a la construcción, por parte del Gobierno vasco, del primer bloque en el que se realojará a los primeros vecinos, cuyas obras comenzará a principios de 2024 y terminarán a finales de 2025. Y es que la falta de solares disponibles en el barrio en los que construir hace que sea necesario encadenar realojos y derribos. En todas las fases de la operación el proceso será el mismo: se realoja a las familias del derribo en el bloque ya edificado, se derriban las viviendas vacías generando un solar en el cual se levanta el siguiente bloque que servirá para realojar a las familias de la siguiente fase de derribo. Con todo, el Ayuntamiento quiere reducir a dos esas fases, además de la inicial..

¿Quién tendrá derecho al realojo?

El Ayuntamiento de Bilbao y el Gobierno vasco realizarán una sesión informativa este mes o en marzo sobre cómo son los procesos de valoración de sus viviendas, “una de las cosas que más preocupa a los vecinos”, avanza el director de Urbana del Consistorio, Javier Martínez Callejo. En ellas, se expondrán qué se tiene en cuenta a la hora de establecer el justiprecio de cada una, “como la antigüedad, el estado de la misma, el tamaño… Es un aspecto que preocupa mucho a los vecinos, más que el diseño en sí. Deben saber que es proceso reglado y garantista; nadie se va a quedar en la calle por muy pequeña que sea su vivienda, o por muy mal estado en el que esté”, aclara.