El buen tiempo y las compras navideñas han sido un motivo más por el que muchos y muchas se han echado a las calles este fin de semana en Bilbao. Si la vía pública ha estado más congestionada, los espacios donde elegir qué pedir al Olentzero se han llevado la palma. También aquellos en los que no estamos tan habituadas a sacar la cartera porque solo es posible visitarlos en períodos señalados del calendario, como la Feria de Navidad Gabonart en el Muelle de El Arenal.
Perros en brazos de sus dueños; niños siendo avisados por sus padres de los peligros de soltarse de la mano; necesidad de ponerse de puntillas en el intento de adivinar lo que se ofrecía en los puestos; y algún que otro codazo. Este domingo, al mediodía, no cabía ni un alfiler en esta feria, que inauguró su décima edición el pasado viernes, organizada por la Asociación para el Fomento de la Artesanía Vasca, Arbaso.
Este año cuenta con un total de 55 artesanos, dos más que el año pasado. Hasta el 5 de enero ofrecerán sus productos de confección textil, joyería, cuero o cerámica. Además de los vizcainos, la procedencia de estos trabajadores es muy variopinta: Castilla-La Mancha, Castilla León, Cantabria, Asturias, Galicia, Murcia, Madrid, Catalunya, Valencia, Extremadura, Andalucía o las Islas Baleares.
Yolanda Triguero viene de Bilbao. Es una artesana y a juzgar por lo que elabora, también una artista de la encuadernación. Su lugar de trabajo habitual se encuentra en un estudio situado en la avenida Ferrocarril donde realiza los encargos e imparte clases desde hace más de 10 años.
“Hace dos años me propusieron venir aquí, a pie de calle, y gracias a eso empezó a conocerme gente de Bizkaia, que era lo que yo buscaba”, contaba . Agendas, libros de viaje de diversos tamaños o álbumes de fotos. “Hay que reivindicar el papel. Volver a la magia de abrir y compartir las fotos que has hecho y, sobre todo, el oficio de poder crearlo porque se ha perdido. Hay muchos artesanos que han tenido que cerrar y gracias a Dios yo me he adaptado un poquito”, explicaba.
Maderas y colores
Siguiendo con la ruta en circular, un poquito más adelante, se descubren los Artesanos del Altillo. Su stand parece un taller de madera en miniatura. Allí, están Inés y Emilio Gambero. Son argentinos y, actualmente, residen en Alicante. “Nos ha gustado siempre el norte pero es la primera vez que estamos en Bilbao”, afirmaban. Su puesto es uno de los que más miradas atrapa. La responsable es una sierra con un “disfraz” tallado. “Hacemos calado y micro calado en madera con esta maquinita de marquetería”, detallaba Emilio.
Cambiando de tercio, si lo que busca es darle algo de alegría a sus outfits, entonces tiene una parada obligatoria en Langarte. Se encontrarán a Sebastian Alves Langa, un joven de Maputo (Mozambique). “Trabajo con telas africanas, hago accesorios para el pelo, bolsos, encargos personalizados y además pinto telas”, exponía. “Por lo que más pregunta la gente es por las bandanas o turbantes para el pelo”, confirmaba.
Lo que más vende su vecina Luz Iñarra son pastillas de champú. Esta bióloga tiene un laboratorio de cosmética natural en Lamiako desde 2014. ¿Qué ofrece? “Aceites, serum, contorno de ojos, bálsamos, cremas corporales y jabones. Todo sin plástico”, enumeraba.
Todos ellos coincidían en valorar tanto la interacción con el público como, entre ellos como compañeros.
