USCÓ, a última hora, la inmortalidad de su obra. No en vano, cuando ya era un célebre ceramista, uno entre los más grandes, dio un girio in extremis. No en vano, en 1977, el año de su muerte, presentó una de sus últimas exposiciones, que tuvo lugar en la galería Windsor Kulturgintza de Bilbao. Acebal llevó hasta la legendaria sala de Bilbao la novedad del bronce, habiéndose decidido por este material porque le permite cambiar su estética, ya que cuando trabaja desea quesu obra “no muera”.

Viajemos hacia atrás, hacia el 24 de julio de 1912, fecha en la que Arturo Acebal Idigoras nacía en Tres Algarrobos, 35 km al sureste del pueblo de General Villegas, y unos 470 km al oeste de Buenos Aires, en medio de la pampa argentina. En 1919, con tan sólo siete años de edad, él y su familia de ascendencia vasco-cántabra se establecieron en Bilbao donde practicó, además de la escultura, el arte pictórico y la cerámica. Comenzó a dibujar con el profesor Manuel Urquijo en el municipio de Castro Urdiales. Al tiempo se formaba en escultura junto al artista Villalobos y a los trece años, en 1925, estudió y trabajó en la Escuela de Artes y Oficios del barrio Atxuri. Ese mismo año empezó a trabajar como aprendiz en el taller del escultor Serafín Basterra en Bilbao y posteriormente con los hijos de este, Manuel e Higinio. Durante once años (hasta 1936) tuvo como profesores a Ángel Larroque e Higinio Basterra.

Cuentan las notas de su biografía que en 1928 trabajó para el escultor Quintín de Torre durante once años en la Escuela de Artes y Oficios de Atxuri, siendo amigo y colaborador de Gustavo de Maeztu, quien lo introdujo en el ambiente artístico de Bilbao.

En esa atmósfera en mayo de 1933 fundó la Sociedad Unión Arte, de la que fue presidente. Desde ese año y hasta 1956 se dedicó a la pintura. En esa época perteneció a la Asociación de Artistas Vascos.

La guerra civil española (1936-1939) le obligó a exiliarse en 1937, a los 25 años, a Buenos Aires (Argentina). Permaneció allí once años, dedicándose a la pintura y a la cerámica. Realizó esporádicos viajes por la cordillera de los Andes (en la provincia de Mendoza). En 1947, a los 35 años, retornó a un Bilbao donde ya había dejado sello.

Parece claro que a partir de 1955 abandonó la pintura para dedicarse por entero a una cerámica escultórica muy influida por la estética rural vasca. A raíz de su regreso a Bilbao triunfó repentinamente - de forma individual o con el Grupo Bilbao, junto a Antonio Santafé Largacha y Ramón Barreiro Bengoa, con quienes organizó varias exposiciones...- en exposiciones y museos de España y de América con su obra.

Es bien sabido que en 1964, a los 52 años, fundó el grupo Arte Actual, junto a Carmelo García Barrena, Ignacio Urrutia, José Barceló, Isabel Krutwig, Luis Soriano Quirós y Javier Urquijo y que conco años más tarde, en 1969 realizó el mural del ya extinto hotel Miramar, en Castro Urdiales.

Las voces eruditas pregonan que fue un directo y legítimo heredero de Paco Durrio y que sus cerámicas policromadas se diferenciaba de la técnica ceramista de los artesanos. A pesar de lo poco que abundaba en su entorno dicho género, Acebal lo cultivó con profusión.

Durante más de un cuarto de siglo cultivó la tarea de orfebre del agua, del barro y del fuego aprendida con Bikandi en Argentina. Sus motivos escultóricos más habituales lo integran cabezas y figuras femeninas, tipos vascos, deportes y juegos populares, jarrones, vasijas, relieves, murales y formas en terracota esmaltadas, donde se puede apreciar una iconografía popular vasca. Falleció el 25 de diciembre de 1977 en Castro Urdiales. l

En 1964 fundó el grupo Arte Actual y en 1966 el grupo Bilbao, junto a Santafé Largacha y Barreiro Bengoa

A partir de 1955 abandonó la pintura para dedicarse por entero a una cerámica escultórica muy influida por la estética rural vasca