EL Nazareno es una de las imágenes más veneradas en Bilbao, tanto en Semana Santa como el resto del año. Los feligreses de la Quinta Parroquia tienen que estar pendientes cada día de los ramos que los fieles le depositan para que estén en las mejores condiciones y no se estropeen. Este año, el Nazareno ha vuelto a salir por las Cortes en procesión tras dos años, y los cofrades confiesan que lo han vivido con "mucha ilusión".

"Hemos estado dos años sin salir. No sabíamos cuándo iba a acabar, pero primero hay que pensar en las personas y luego en cómo recuperar la vida de la Cofradía. Ahora estamos en otra época en la que parece que la situación va mejorando y se vive con ilusión, no solo salir en procesión, también por los actos que se celebran durante este año por el 75 aniversario de la Cofradía", relata Jesús Amaro, cofrade de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Por este motivo, es esta Cofradía la que protagoniza el cartel de la Semana Santa bilbaina.

La cofradía, y por ende, la procesión que organiza cada Lunes Santo, son de las más características de Bilbao. Con cerca de 425 cofrades, la procesión del Nazareno que recorre las Cortes atrae cada año a más gente. "Es un barrio que quiere mucho al Nazareno y ha tenido históricamente una gran devoción" cuenta Javier San Pedro, uno de los cofrades más antiguos, aunque señala que "se ha notado un cambio importante en las procesiones".

"Estas calles han sido siempre calles de vida alegre, de ahí viene lo de la devoción de toda la gente que se daba a la vida de la prostitución. De ahí vienen las saetas, mucha gente venía del sur y su expresión de afecto y cariño era el cantar. Ahora los cantos son menos, no tiene nada que ver con lo que era antes", recuerda.

29

Procesión del Nazareno

"Cuando aquellos años, aunque había prostitución, por donde pasaba el Nazareno era de las calles más importantes de Bilbao. Podías andar a cualquier hora, niños mayores, gente de cualquier condición podía pasar. Era espectacular ver cómo los prostíbulos cerraban cuando pasaba la procesión; a modo de respeto al Nazareno todas las luces se apagaban. Al paso de la procesión todo se cerraba, nadie trabajaba. Salían a los balcones y a la calle. Sí que es verdad que no había tanto público externo. Se pasaba la gente del barrio y quien estaba por allí, ahora atrae a gente de otros barrios de Bilbao", rememora sobre las pasadas procesiones del Nazareno.

"Yo me acuerdo que cuando empecé -hace memoria Amaro- me hacían ir con papeles para que fuera repartiendo notas por el barrio y que no tiraran pétalos sueltos y arroz al Nazareno porque se quemaban. Antes sabías más o menos dónde te iban a cantar, aunque había gente que se tiraba delante del paso, pero ahora está más preparado. Se pone un micrófono con altavoces y antes en cambio era a cappella".

A la hora de marchar en la procesión, cuentan estos cofrades que se viven situaciones "incomparables". "Cuando estás bajo el capirote ves muchas cosas que la gente cree que no ves. Yo tengo el orgullo de tocar la corneta pero cuando disfrutas del paso y vas en fila puedes ver las caras de la gente y te da mucho que pensar. Es una procesión que no es larga en el recorrido pero es muy larga en duración. De hecho, hay muchos cofrades que no pueden salir en procesión porque no tienen luego forma de volver a casa. Sabemos que salimos a las 20.30 horas, pero no cuándo terminamos", apunta Amaro sobre la experiencia que vive cuando sale como cofrade a procesionar con el Nazareno.

La bandA

Otro de los cambios que ha vivido esta cofradía en sus 75 años de historia son los ensayos de la banda de música. "Antiguamente se ensayaba en la calle, pero la gente ya no es tan permisiva en cuanto a los ruidos. Ahora a los vecinos les molesta. Antiguamente como el repertorio no era tan exigente, con mes y medio o dos meses la gente ensayaba, luego la música en Semana Santa evolucionó y ahora se necesita más tiempo de preparación por parte de los músicos y más tiempo de ensayo", coinciden ambos.

Dentro de la cofradía los hábitos no han cambiado, pero "en cierta manera sí que han evolucionado". Amaro y San Pedro indican que antes había quien se encargaba "de que todo el mundo estuviera en perfecto estado de revista, de que todos llevásemos la misma medida a la altura del tobillo, las sandalias bien puestas... Ahora procuramos seguir esta misma pauta, pero somos más permisivos", resume.

Sin embargo, aseguran que hay pautas que se han seguido manteniendo a lo largo de estas siete décadas y media, como por ejemplo no levantarse el capirote ni antes ni durante la procesión; y "por supuesto no fumar ni mientras se espera a salir ni procesionando".

"Cuando estás bajo el capirote ves muchas cosas que la gente cree que no ves y da qué pensar"

"Durante la pandemia había que pensar antes en las personas que en la vida de la Cofradía"

Cofrade