OMIENZA este paseo por la ribera del Sena. Allí se instalan los bouquinistes de París, los vendedores de libros usados y antiguos que ejercen su oficio a lo largo de amplios sectores de las orillas del Sena: en la margen derecha del Pont Marie al Quai du Louvre, y en la orilla izquierda del Quai de la Tournelle al Quai Voltaire. El Sena se describe entonces como el único río en el mundo que se extiende entre dos filas de estanterías y puestos de venta de libros. La imagen resulta enternecedora para los amantes del libro y las lecturas.
En esa legión milita Javier Boulandier, el hombre que da apellido y pasión a la aventura que hoy vengo a contarles. La historia comienza antes que él aparezca. La traen José María Boulandier y Concha Ciruelos, quienes abrieron en 1977, a la altura del número 24 de la Alameda San Mamés, la librería Totem. El negocio comenzó facilitando la compra y cambio de novelas y tebeos, y con el paso del tiempo cobró otra relevancia al convertirse en el primer local especializado en la distribución y venta de cómics en Bilbao. Un hecho que, por ejemplo, permitió a sus clientes conocer el género manga, hoy de moda, ya a finales de los años setenta. Todo sucedía en la era preinternet y José María, librero bilbaino nacido en 1934, descendiente de un militar francés, sacó el título de maestro industrial, lo que le llevó a trabajar durante casi una década en Canadá como técnico en centrales nucleares. Hasta que regresó a Bilbao y montó esa librería tan singular de la que les hablaba. Esa fue la cuna de Javier, su hijo. El sitio donde amamantó la cultura a lo grande y la pasión por los libros en particular.
Arranca su trayectoria en una tiendecita baja situada en las Calzadas de Mallona, llamada Librería Libre. Es vecina del reloj que corona el hoy museo arqueológico de Bilbao. Allí prepara café para los clientes, les digo, mientras en el exterior la gente pasa y pasa. Un bosque de pies apresurados era su paisaje. "Y me gustaba. Allí era feliz". Ya habla Javier Boulandier, quien evoca aquellos felices 1985 y 1986, años en los que se fue forjando y en los que también sufrió, todo hay que decirlo, un robo que le trajo disgustos.
De allí vino de nuevo el salto a Alameda de San Mamés, al número 19, vecino del viejo Totem. Tres años más de forja, de 1987 hasta 1990. Hasta que en 1991 aterriza en su actual ubicación, en la calle Juan Ajuriaguerra 52, donde abre ya la tienda Libros antiguos Boulandier, que ya desde sus orígenes se aprecia como un cálido bazar de libros antiguos, mapas, láminas y grabados. Los tesoros del local tapizan todas las paredes del local, hasta el punto de que darle a la escena un aire mágico, casi de templo del la cultura. ¿No me creen? El propio Javier asegura que no hay semana en la que no se asome alguien a fotografiar ese paisaje. Lo corona todo, más allá del propio librero, una figura casi a tamaño natural de Dante Alighieri que parece leer sentado en una columna de libros. Impacta.
Boulandier, considera que su comercio ha de cumplir ciertos parámetros: un cliente para cada libro, conocimiento profundo de libros de referencia, manejar el arcano de los fondos ajenos y un profundo saber de los propios. En uno de los altos de las abigarradas paredes cuelgan unos cuadros, algunos manufactura propia de Javier (es, además de apasionado buscador de libros, dibujante de estilo, hasta el punto de que él mismo diseña los apreciados catálogos donde se registran los tesoros de la cueva, si se me permite decirlo así...) y algún otro, regalo o herencia. Javier edita unos catálogos razonados de su fondo editorial, todo un brillante trabajo de erudición.
¿Cuál es la temática de la librería Boulandier? No es fácil concretar esa respuesta. Temas vascos (carlismo entre otras muchas cuestiones...), viajes, arte, arquitectura, historia, Derecho, ciencias, poesía y narrativa entre otros muchos. También encontrará, quien se sumerja en ese universo, cartografía, grabados y efímera. En el exterior, Boulandier ha colocado unos expositores con libros a un euro donde la narrativa cobra más protagonismo que en el salón interior de ese templo. La belleza de los lomos de los libros, con sus nervios, sus florones, sus tejuelos, que adornan -literalmente- esta librería, le confieren un aire mágico. Se diría que la cultura se siente como en casa.
¿Hay alguna curiosidad de la que pueda hablarse? ¡Centenares de ellas! Pero permítanme una parada ante un artículo singular (sólo tiene un ejemplar de cada libro, rehuye de una mirada comercial aunque, por supuesto, valora el negocio del que vive...), el primer libro impreso en Biilbado. El catálogo lo referencia como "muy raro y estimado" y está anunciado bajo el título de Hieronymi Osorio lusitani. De gloria libri V (De nobilitati civilii liber II; eiusdem De nobilitate cristiana libre (sic) tertius...). Añade en su ficha del catálogo excudebat Mathias Mares el primer impresor de Bizkaia.
Mathias imprime esta obra dado que los temas relacionados con la hidalguía y limpieza de sangre despertaban un vivo interés en la época. La nobleza de los vizcainos llegó a ser proverbial dentro y fuera de su tierra hasta bien entrado el siglo XVIII y toda esta información, amén de la descripción que dice "cabeceras y capitulares en xilografía. Encuadernado en pergamino actual rotulado en lomo y en planas firmado Prado", provoca que esté tasado en 20.000 euros a día de hoy. Es sólo una joya. Allí podrán buscar otras, las que se adapten a sus gustos y bolsillos.