No hace falta conocer a fondo a Oihane Cantero para saber que nadar en una piscina olímpica le hace feliz. Y más aún si tiene toda la calle para ella. Ayer tuvo la oportunidad de vivir esa experiencia en el centro de Bilbao, en el recién estrenado polideportivo municipal de San Mamés. “La de Azkuna Zentroa se me quedaba pequeña. Además, esta tiene sauna, baño turco y spa”, afirmó esta ingeniera que fue a conocer de primera mano el equipamiento deportivo inaugurado el viernes junto a su pareja, Aitor Pérez. ¿Qué esperan de estas nuevas instalaciones? “Que cubra las actividades y servicios que echamos en falta en otros equipamientos”, indicaron.

Nada más entrar, en la recepción, Oihane trató de esclarecer una de las dudas. “No tengo claro si los días que haya partido tendremos acceso”, planteó. El personal de información le indicó que, por motivos de seguridad, cuando juegue el Athletic o haya algún concierto o evento importante, el polideportivo permanecerá cerrado. “¡Cómo entremos a UEFA serán más días entonces!”, exclamó con una sonrisa. “¿Ya hay listado de actividades?”, continuó preguntando. “Todavía hay que pulir algunas cosas, pero puedes mirar en la página web”, le contestó una de las auxiliares del polideportivo, quien añadió que durante este mes las actividades serán gratuitas para que los usuarios puedan probarlas.

Tras pasar el control de acceso, la pareja comenzó su recorrido por la nueva instalación a través de un largo corredor. Lo primero que vieron es la sala de Prama, una novedosa manera de hacer ejercicio que por primera vez se incluye entre las actividades de un polideportivo municipal bilbaino. Se basa en ejercicios funcionales coordinados con una completa gama de sonidos y luces, así como pavimentos y paredes interactivas, capaces de dirigir los movimientos. “Es el curso estrella del polideportivo”, puntualizó una de las trabajadoras del equipamiento. A continuación, se encontraron con la sala de FitKross, donde se combinan elementos de arrastre, con otros como barras, discos o pesas.

En la entrada de la planta -1, Oihane y Aitor localizaron un tótem que está adaptado a los relojes de última generación, donde los usuarios pueden descargar y guardar los datos de sus entrenamientos. La sala fitness, la más grande del polideportivo al sumar 375 metros cuadrados, contiene máquinas de última generación: cintas, bicicletas y elípticas con pantallas multimedia en las que se puede ver la televisión, un vídeo de YouTube o cargar el teléfono. Estos vecinos de Basurto probaron distintas máquinas. “Lo especial de esta sala es que hay máquinas adaptadas para gente con diversidad funcional”, señaló una de las trabajadoras en la sala desde la que se ve la zona de la piscina. “Nos sorprende que no haya una sala de spinning, pero suponemos que es para que no se masifique”, argumentó, mientras bajaba a la zona de agua Oihane Cantero.

Tras ponerse el bañador en uno de los vestuarios, todos ellos señalizados con el rojo característico de Bilbao Kirolak, la ingeniera se zambulló en la piscina tras echar un rápido vistazo a la sauna y al baño turco. “Está muy guay, tiene tres alturas de profundidad”, dice entusiasmada cuando sale de la piscina de 50 metros de largo, que cuenta con un puente móvil que la atraviesa horizontalmente para dividir, cuando sea necesario, el vaso en dos partes: una para los cursillos de natación y otra para el nado libre. Aprovechando que no hay mucha gente, a la vecina de Basurto le ofrecen la oportunidad de probar un aquafit board, una plataforma de entrenamiento que se usará en algunos de los cursillos que se impartirán en el polideportivo.

El barrio

“Todo el mundo preguntaba por la apertura del polideportivo de San Mamés. ¡Tenía que llegar el día!”, exclamó Oihane antes de entrar por la puerta número 19 del estadio y bajar las escaleras que llevan a las instalaciones. “Llevamos viviendo en las torres Garellano desde hace tres años. Tenemos cerca el polideportivo de La Casilla, pero está obsoleto: es muy pequeño y el servicio que da es muy limitado. También tenemos dos privados: pero uno de ellos es caro y el otro está masificado. En esta zona no teníamos ningún polideportivo municipal”, puntualizó esta usuaria, que principalmente disfruta nadando. “Una olímpica se echaba de menos. Solo estaba la de Artxanda, pero nos pilla a desmano”, explicó.

Del polideportivo de San Mamés, la pareja espera que dé servicio de lunes a domingo y los meses de julio y agosto esté abierto. “La Casilla, por ejemplo, da servicio de lunes a viernes, el viernes por la tarde muy escaso. Y los fines de semana no hay actividades. De hecho ahora en julio está cerrado”, señalaron. Asimismo, les gustaría que sirviera para reducir la saturación que consideran que hay en las instalaciones deportivas de la zona. “Hay muchos vecinos en el barrio, no solo los que ya viven aquí, sino todos los que están entrando. Además hay mucha gente joven que tiende a hacer más deporte”, explica esta pareja que tiene una niña de 15 meses.