LA ciencia habló ayer alto y claro en la Plaza Nueva de Bilbao y lo hizo de la mano de 90 grupos de jóvenes que expusieron sus proyectos en el marco de la Zientzia Azoka de Elhuyar 2019. Genios/as científicos/as -curiosamente con más participantes femeninas (188 chicas versus 120 chicos)- que, con talleres y estands, divulgaron trabajos de esos que ayudan a mejorar el presente y cambiar el futuro. Pegados a la actualidad, desde la ikastola San Nikolas, Unax Losada, Markel Bilbao, Ibai Gabikagogeaskoa y Jon Cortés mostraban un mecanismo para prevenir los accidentes de patinetes eléctricos. “Hemos diseñado un sensor de distancia que detecta los objetos y manda una señal de luz y otra de sonido al que conduce. También tiene un dispositivo bluetooth que envía una señal para que se tenga constancia de que hay un vehículo cerca”, explicaron.

Para aprovechar el agua de lluvia, Oier Cancio, Oier Angulo, Ane Camaño y Eneko Bilbao, que cursan 4º de la ESO, han ideado un sistema que aprovecha la energía cinética que genera el agua para que acabe convertida en energía eléctrica.

Una inmersión en la ciencia a cargo de 73 grupos de la ESO y 17 de Bachillerato donde las chicas fueron las grandes protagonistas. Aimara, Aroa y dos Lucías (de Nuestra Señora del Carmen de Indautxu) quisieron desmentir fake news sobre el agua sin tratar. “Había un bulo en California que decía que el agua cruda era mejor que el agua clorada. Nos facilitaron el contacto con una investigadora y a través de unos kits de análisis fuimos al río Kadagua y comprobamos que no era cierto analizando el amoniaco, el PH, los nitratos y otras sustancias”, sentenciaron.

La contaminación por microplásticos es el eje sobre el que gira el proyecto de Garazi Alkorta, Eneritz Gómez y June Landa. “Recorrimos la playa de Arrigunaga de punta a punta recogiendo plásticos. También cogimos una muestra de agua de la playa y otra de arena seca y mojada. La cribamos e hicimos una mezcla de arena, agua y sal y una investigadora nos explicó cómo con esa fórmula los microplásticos flotaban. Eso nos permitió observar todas las partículas. Eran muchísimas”, revelaron.

Tampoco hacía falta despertar la vocación científica de un grupo de chavales del instituto de Elorrio que se aventuraron con un experimento sobre la oxidación de la manzana. Aitor González, June Martínez, Jon Arando y Alazne Banco de 3ª de la ESO comprobaron que donde mejor se conservaba era en vinagre y donde peor en zumo de naranja. Estos genios creativos tampoco dan la espalda a la naturaleza. Así se pudo ver un experimento de jardinería con el Instituto La Salle de Bilbao que tiene el sueño de un jardín vertical. Entre los proyectos llamativos, la Baby Safety, el desarrollo de sistemas para la prevención de la muerte súbita del lactante. Iria Ollero ha diseñado unos mecanismos que permiten reducir estos casos de muerte súbita controlándolos mientras duermen con control de temperatura, control del pulso-body y monitorizando la posición del bebé.

Los científicos se hacían fuertes en la Plaza Nueva -con numerosos proyectos tecnológicos y robóticos- y el público respondía con gran interés. Desde la UPV/EHU se presentó Formula Student Bizkaia con su monoplaza de competición y sus elementos mecánicos. De la Universidad de Deusto llegaron proyectos de ingeniería con fabricación digital avanzado, diseño y mecánica de objetos inteligentes, gestión de residuos, y eficiencia energética. Todo con el objetivo de trabajar en los jóvenes las capacidades en los ámbitos de la ciencia y la tecnología, despertar vocaciones y acercarles a un mundo en el que sus mentes moverán montañas.