Una fiesta que transforma

LAS calles de Santutxu se colapsaron. De color, música, ilusión y millones de ganas de pasarlo bien. Así, este barrio bilbaino se convirtió ayer por la mañana en una auténtica mezcla de disfraces muy originales. Los vecinos de este barrio disfrutaron de una gran kalejira donde se pudo ver a cuadrillas disfrazadas de la familia Picapiedra, de los famosos Minions, de los juegos de mesa como Quién es quién, de los magos de Harry Potter, de los coches de Cars, de la serie La casa de Papel, o incluso hubo quienes no dudaron en dejar volar su imaginación y se disfrazaron de ducha.

“Estaba un día en el txoko y al ir al servicio me fijé en la ducha. Ahí es cuando se me pasó por la cabeza que podríamos disfrazarnos de ducha. Lo comenté con la cuadrilla, les gustó la idea y nos pusimos manos a la obra”, cuenta Rebeca, quien afirma que “más o menos, entre comprar una cosa u otra y a ratos”, tardaron alrededor de una semana de tener a punto el disfraz. Y es que, sin lugar a duda, los vecinos de Santutxu demostraron, una vez más, que les va la marcha.

“No hemos faltado ni un solo año. Y llevamos más de 30 viniendo”, aseguró una cuadrilla veterana de Santutxu que se disfrazó de rockeros “y de lo que hemos pillado por casa”. “Siempre venimos a la kalejira, cuando se termina poteamos un poco y después nos vamos al txoko a comer todos”, dijeron.

El desfile de los carnavales de Santutxu partió desde Plaza Carmen pasando por las calles Santutxu, Juan de la Cosa, Iturriaga, Santa Clara, Zabalbide y Santutxu hasta llegar de nuevo a Plaza Carmen. Mientras que los participantes de la kalejira estaban metidos de lleno en sus personajes, tuvieron que cortar el acceso a los vehículos y en función del avance del desfile, la organización facilitó el paso de vehículos y los accesos y salidas de los garajes que se vieron afectados.

“Nuestra fiesta favorita del año” “Llevamos esperando este día desde que empezó el año. Es nuestra fiesta favorita de todo el año porque es algo de nuestro barrio que se lleva haciendo durante muchísimos años. Siempre te encuentras con gente que hace tiempo que no ves y es un día que pasas rodeado de toda la cuadrilla. Primero la kalejira, después unos tragos por los bares y luego al txoko a comer todos juntos. Si quedan fuerzas, después de comer, solemos salir a tomar algo para cerrar la fiesta, a ver este año si aguantamos”, contó emocionado Erlantz Peña, un joven bilbaino de 30 años que asegura que vive esta fiesta desde txiki. “Me acuerdo cuando me subía en los hombros de mi aita para ver el desfile”, recuerda nostálgico. Y añade: “Quien sea de Santutxu entenderá que esta fiesta es única, muy divertida y la favorita de muchos de aquí”.

Y es que el ambiente festivo daba cobijo a todo tipo de personas: jóvenes, familias, cuadrillas de todas las edades... incluso a los aitites y amamas. “Nosotros ya no nos disfrazamos porque no nos apetece mucho y la verdad que ya no estamos para mucho trote, pero siempre bajamos con la familia para disfrutar de este día. Los nietos se lo pasan siempre en grande y con eso nos sirve”, afirmó Agustina, una mujer de 79 años.

Los minutos fueron pasando y en la Plaza Carmen no cabía ni un alfiler. La música se hizo protagonista y los asistentes no dudaron en empezar a mover el esqueleto. Sobreviviré o La Macarena fueron algunas de las miles canciones que sonaron durante el día de ayer en Santutxu. Así, un año más, las calles del barrio bilbaino se llenaron de fiesta y música. “Esto pasa una vez al año así que siempre lo damos todo”, afirmaron Josu e Iker, dos jóvenes de 18 años que ni ellos mismos sabían muy bien de qué iban. “La cosa es ponerte cualquier cosa y salir a la calle a divertirte”, concluyeron.